Ana Poliak, editora de La otra piel, nos cuenta cómo fue el proceso de montaje de la película, nominada al Premio al Mejor Montaje de la Competencia Oficial Argentina, que otorgarán EDA y SAE en la 20ª edición del BAFICI:

“Hace más de una década, fui montajista de “Como pasan las horas” (2005) y “Extranjera” (2007), segundo y tercer largometraje de Inés de Oliveira Cézar. A comienzos de este año, volvió a convocarme para su sexto largometraje, “La otra piel”.

Recibí un primer armado completo realizado por ella, sin montajista. Decidí observarlo sin leer el guión. Creo firmemente que todo material “habla” y “pide” con claridad qué necesita para “revelar” su forma. De ahí la importancia de la mirada “objetiva” del montajista en esta instancia final en la que para mí termina de escribirse una película.

La estructura en tríptico del armado era inmodificable, pero mi sensación fue que el material “reclamaba” no ser guiado por acciones y reacciones priorizando “lo que sucede”, sino “cómo vive” eso que sucede la protagonista, que intuí, por algunas de sus reacciones, tenía una personalidad “extraña” que había sido escamoteada. Pensé que había que zambullirse en todo el material rodado, a la pesca de cada gesto que pudiera contribuir a esa “rareza” y contar la película desde esa mirada “extrañada”.

Lo maravilloso fue que Inés escuchó mi devolución y me dijo que esa era exactamente la película que quería lograr, pero que no la veía en el armado.

El tiempo que ella había invertido en versiones varias, hizo que conociera tanto el material que estábamos completamente liberadas de la irremediable y tóxica ansiedad de todo director que termina un rodaje.

Debo decir que, en el género de ficción, fue mi experiencia más feliz y madura en términos de la relación director-montajista, gracias, precisamente, a nuestra experiencia ya recorrida y a la generosa confianza que Inés depositó en mí, entregándome el material, ya sin ninguna “impaciencia”, para que yo pudiera bucear en él, poniendo mi sensibilidad al servicio de la suya.

Trabajé revisando absolutamente todo lo grabado (a dos cámaras) y en muchos casos, las escenas quedaron tal como las había armado ella. Una vez concluido el nuevo armado, sentí que necesitábamos textos en off para lograr otro “espesor” y para que definitivamente se integrara el derrotero de la protagonista con el del coprotagonista, Rafael Spregelburd, que en la ficción y en la realidad es autor, actor y director de la obra teatral “La terquedad”, en cuyos ensayos transcurren algunas escenas de la película (cruzándose así documental y ficción). Los textos de la obra son tantos y de tanta riqueza, que fue sencillo extraer algunos, quitarles didascalias, referencias y nombres propios y proponerle a Rafael que los leyera no como diálogos, sino como textos poéticos. El hecho de que su personaje vive con angustia el tener que continuar corrigiendo textos estando cerca del estreno, habilitaba el recurso de la voz en off, integrándola perfectamente a la trama. Rafael los grabó caseramente, con su celular y los envió. Cuando algunos de ellos encontraron su lugar, apareándose con las imágenes, la película cobró la verdadera dimensión que ambas soñábamos.

Por supuesto, vino luego el trabajo fino, que compartimos y en el que mágicamente sentimos tal afinidad que casi no necesitamos palabras para tomar las últimas y delicadas decisiones.

De la técnica:

Trabajé por primera vez con el Adobe Premiere Pro CC 2018, al que temía, pero terminó conformándome más que el Avid y el Final Cut 7, con los que había trabajado hasta el momento. Marco Furnari fue un excelente y “obsesivo” Asistente de edición (a distancia) y enorme compañero en todas las cuestiones técnicas a resolver. Delegar en él estos asuntos me dio otra enorme cuota de libertad.»

Funciones:
Sábado 14 de abril, 20.15, Village Recoleta 5
Domingo 15 de abril, 15.00, Village Recoleta 5
Martes 17 de abril, 15.15, Village Caballito 8