Iair Michel Attías, además de ser socio fundador de nuestra querida asociación, es un editor con muchos años de experiencia que a partir del deseo de reconstruir su historia familiar se atrevió a dirigir y producir también. “Catálogo para una familia” es una película que cuenta la historia del abuelo de Iair, Jorge Michel y tendrá su estreno el día viernes 6 de octubre a las 20:00 hs en el Malba. Para la etapa de montaje convocó a Verónica De Cata, que co-editó junto con Iair, y a Alejandra Almirón que estuvo a cargo de la asesoría de montaje. Entre lxs tres nos comparten su experiencia en esta nota.
TRAILER: https://vimeo.com/810601269
¿Qué temotivó a llevar adelante un proyecto tan personal como Catálogo para una familia?
Iair Michel Attías: Este proyecto no nació como una película, sino como una inquietud, una cuenta pendiente.
La historia de quién había sido mi abuelo estaba incompleta y había crecido con distintas versiones, fragmentos de los hechos que había protagonizado, desde una única perspectiva que era la de mi padre, quien no había mantenido contacto con la familia política que había formado mi abuelo. De algún modo intuí que para conocer esa historia era necesario aproximarme como nieto, liberándome de cargas y de cualquier tipo de especulación. Primero me dediqué a investigar qué información había, a revisar revistas y diarios viejos de las décadas del ’70 y ’80, donde Michel había brillado. Pero en contraste preguntándome porqué había quedado tanto olvido y silencio después de su muerte temprana, en 1991, a los 66 años. Cada capa que descubría sobre esa investigación iba dándole cuerpo a una posible película. Entre los múltiples oficios y profesiones (marinero, foguista en barcos, poeta, creativo publicitario, escultor), y de los saltos en su entorno social, había una secreta coherencia, una épica, la construcción de una gran aventura. Ahí decidí que había una película que valía la pena contar, pero me rehusaba a ser parte de ese relato. Pensaba que debía contarse estrictamente la biografía del personaje, como si se pudiera escindir esa historia de la mía y de mi familia. Llevó tiempo poder madurar la forma final que tuvo el relato.
¿Qué desafíos y particularidades tuvo el proyecto?
IMA:Cuando comencé el proceso, un desafío era la escasez de material. Tenía solo diez fotos en mi casa, no tenía llegada a ningún familiar o amigo de mi abuelo, mi padre no había mantenido lazos, nadie en mi familia tenía obra ni esculturas. Cuando empecé a tocar puertas, muchos querían contar su versión de la historia, pero nadie conservaba fotos, me decían que todo se había extraviado o destruido. Me desilusionó, y se sentía frustrante. Pero luego me volvían las preguntas y tenía que volver a la carga. ¿Cómo se podría haber perdido tanto material? Me resistí a resignarme. Así que poco a poco, primero en archivos de museos, en bibliotecas, luego en revistas, y finalmente en casas particulares fueron apareciendo a cuentagotas diez, veinte, un día cien fotografías, negativos, recortes. Incluso había registros en Estados Unidos, donde expuso en 1989 dos años antes de fallecer, que fueron reveladores: cartas, negativos de gran formato.
Finalmente, tres años después de comenzar mi búsqueda, tenía más de 400 fotos, 5 horas de video en VHS, 30 minutos de material fílmico 16mm color, y numerosos artículos periodísticos. La particularidad fue que tuvimos que incorporar mi trayecto al relato, porque en caso contrario iba a parecer un retrato institucional con todo el archivo familiar. Y en realidad ese camino de no tener nada a recuperar todo lo que encontré era en sí mismo tan fascinante como el retrato del artista que nos habíamos propuesto inicialmente.
En 2019, cuando decidí emprender esta búsqueda, lo primero que hice fue llamar al número que alguien me había facilitado de la casa de Josefina Robirosa. Pero al llamar me dijeron que tenía alzheimer y que iba a ser imposible hablar con ella sobre esto. Lo primero que pensé fue que había llegado tarde y que no iba a poder hacer nada.
Pero luego me di cuenta de que estaba equivocado. Cuatro años después varios de los entrevistados ya no viven, la casa de Josefina donde filmamos se vació, y seguramente todo hubiera sido más problemático.
IMA: Lanzarse a dirigir y producir fue por una combinación de cuestiones, por un lado al ser un documental tan personal, íntimo, y de bajo presupuesto no pensé la posibilidad de encontrar alguna empresa productora externa que se comprometiera a acompañar el proceso con la misma intensidad que le dediqué. Por otro lado, quien sí produjo la película a la par mío fue Julieta Bilik, que además de aportar su mirada creativa fue gravitante a la hora de tomar las decisiones clave del proyecto. Absorber toda esa responsabilidad no fue fácil, es intenso y requiere de compromiso, pero fue posible. Tuvimos que tocar muchas puertas y creo que en gran parte se abrieron gracias a la sinceridad y ausencia de prejuicios con la que transmitimos nuestro interés por conocer la historia y las obras extraviadas de Michel.
Por mis experiencias previas trataba de hacer un balance del material después de filmarlo, lo miraba y pensaba mucho antes de ir en búsqueda de lo siguiente. Lo sincronicé, organicé, nomenclé. Seleccionaba fragmentos y hacía marcas.
Sin embargo, una vez que terminamos de filmar, me encontré con que no había podido editar nada de nada. Apenas bloques sueltos. Ideas que no estaban organizadas como relato. Todo me parecía, o muy interesante, o absolutamente insuficiente. Una situación enormemente frustrante que no le deseo a nadie. A diferencia de las oportunidades en las que edité materiales de otras personas, donde solo me concentraba en la limitación, en lo que había en el timeline, en esta oportunidad solo podía pensar en lo que faltaba filmar. Fue entonces que convoqué a Verónica De Cata, y le entregué el material para recibir su mirada.
Verónica De Cata: Ati (Iair Michel Attías) me llamó en enero del 2022 y me contó sobre el documental, y la posibilidad de que yo lo acompañe en el montaje, en un momento en el que él estaba con poco tiempo, sumado a que le estaba costando encarar un material que lo tocaba tan de cerca, personalmente. Vi un dossier del proyecto y un armado de 5 minutos que me gustó mucho, y también me entusiasmaba la idea de trabajar con Ati en su primera película como director. Trabajamos juntos durante unos tres meses aproximadamente.
¿Por qué sentiste que era necesario sumar otra mirada desde el montaje y con la asesoría?
IMA: La carga personal era muy grande. Por un lado tenía múltiples líneas narrativas: los hechos clave de la vida artística de Michel; la relación con su pareja durante treinta años, Josefina Robirosa; la historia del reencuentro con su hijo; la búsqueda de obras extraviadas en el presente; y a eso se le sumaban materiales valiosos que no quedaron, como un material documental sobre la creación de algunas de esas obras, entrevistas a coleccionistas, la idea de realizar una exhibición, etc. Todo era en cierta medida interesante en sí mismo, y el carisma y la mística de Michel lo ensalzaba. Pero había que tomar decisiones para encontrar una síntesis. Definir qué debía entrar y qué debía salir del relato porque lo desviaba.
VDC: Al ser un proyecto tan personal era difícil para él tomar distancia, despegarse de su historia familiar, y decidir qué contar y qué no, hasta qué punto exponer lo personal e íntimo, que también tenía sus aristas dolorosas o no resueltas. Mi desafío fue que esta dimensión más personal aparezca, y también aportar una mirada si se quiere más objetiva o distanciada.
IMA: La película pasó por una clínica durante la etapa de rodaje que se llama ABC Bafici, y allí Clarisa Navas, tutora del proyecto, me hizo una importante pregunta: ¿En qué momento de la película se entera el espectador de que Michel es tu abuelo? En ese momento no había nada editado y no tenía una respuesta. Y en definitiva era un problema porque si bien no quería ponerme en el centro, a la vez, alejarse demasiado también alejaba al espectador.
Alejandra Almirón: Ati me había convocado para editar la peli, en ese entonces se llamaba Piedra de Trueno. En ese momento no tenía disponibilidad para entrar en un montaje y le ofrecí tutorías-consultorías y así lo hicimos. Me gusta mucho hacer consultorías, lo vengo haciendo en forma institucional (Fidba y Málaga Wip) desde hace unos años y también en forma particular.
¿Editaron en paralelo a la investigación de archivo y entrevistas?
IMA: La edición comenzó con todo el material ya filmado. Pero me había ocupado de catalogar, ordenar, clasificar, todo el material existente. Las entrevistas fueron divididas por personaje, por tema, por subtema. No las transcribí pero puse markers con las ideas de cada segmento. Las 400 fotos que aparecieron las ordené por fecha cronológica aproximada entre 1925 y 1991. Y en algunos casos por tema. Entonces para armar una secuencia como por ejemplo «Michel marinero – lector -poeta» yo tenía en un timeline todos los personajes entrevistados que hablaban de eso, las fotos alusivas, etc. Había otras con sobreabundancia como «la muestra en Nueva York», o «el reencuentro con su hijo». Pero algo que aprendí con el oficio fue que cuando hay problemas que aparentan ser inabarcables, hay que enfrentarlos y reducirlos a unidades más pequeñas, controlables, discernibles. Eso tratamos de hacer. Y a medida que Vero armaba estas secuencias de entrevista y archivo podíamos pensar un orden.
VDC: Ati me trajo un proyecto de Avid perfectamente ordenado, con carpetas que separaban el archivo (que era cuantioso, fascinante), los materiales ordenados por jornadas, selecciones de cada jornada, algunos armados por escenas. Un lujo. Por si fuera poco, me enseñó a usar el Avid que yo no manejaba. Ese fue otro desafío para mí como editora, pero rápidamente me sentí cómoda con el programa.
IMA: Editamos en Avid Media Composer, y lo elegiría una y mil veces. Es el programa más robusto y eficiente para este tipo de materiales indexados. En momentos avanzados de la edición exploté mucho la herramienta PhraseFind, para buscar reemplazos o resabios de anécdotas a partir de una palabra clave o tema. Transcodeé muchas fotos en resolución original o en una versión exportada que permitía apreciar la gran resolución con la que digitalizamos todo.
VDC: Primero vi todo el material y tomé notas, empecé a pensar en ese material como una investigación detectivesca, que me hizo acordar a Los detectives salvajes de Roberto Bolaño, donde los personajes hacen un recorrido por las personas que conocieron a una poeta ya fallecida y van reconstruyendo al personaje a partir de esos encuentros informales. Con esta idea más tarde armé una pequeña secuencia donde Ati tiene un primer acercamiento con lxs entrevistadxs, donde él se presenta como realizador-nieto-detective… Algo de esto quedó en el armado.
Cuando empecé a editar ya había material seleccionado por Ati de casi todas las jornadas, excepto del material grabado en Nueva York, que fue por lo que empecé ya que era un material que Ati todavía no había encarado y era muy importante para la historia, y armé varias escenas con las que luego trabajamos en conjunto, compartiéndonos las secuencias. Trabajé unos tres meses hasta que tuvimos un armado de unas dos horas, sentíamos que empezaba a aparecer una película, una forma. Luego siguió Ati con la edición y la tutoría de Ale Almirón hasta llegar a la forma final.
AA: Conocía la historia, había leído el tratamiento pero el primer corte que vi tenía una potencia muy superior a la escritura, un gran laburo de Vero. El desafío puntual era que Ati aún no había enfocado bien el punto de vista, la narración se manifestaba con una distancia que no representaba al núcleo de la historia que era su mirada, su herencia familiar, emocional, sus reflexiones y sus movimientos dentro de esa historia (lo que yo llamo vector que avanza).
Recuerdo que había líneas que estaban muy bien definidas y otras que necesitaban más costura. Por ejemplo, la codificación de los archivos, para que alcancen su mayor potencial y puntualmente la historia en primera persona que estaba puesta con mucha timidez y era el factótum de todo. Me enfoqué en apuntalar eso.
¿Había un guión previo a la etapa de montaje? En qué etapa se definió la estructura actual de la peli?
IMA: La estructura tuvo varias capas de trabajo. Para la presentación al INCAA tuve que escribir un guión. Me pareció una cosa un poco insólita, porque si bien partía de una investigación me resultaba absolutamente incierto cuán concretable sería retratar o no esas escenas. Incluso es una demostración de que un asunto es leer y otro es ver el cine como espectador, la percepción y los tiempos varían drásticamente. Si hoy lo leo, seguramente mucho está igual, pero la gran mayoría no. Y eso es parte del proceso. Hice varias escaletas, borradores, tratamientos que ayudaban a ordenar las ideas que estaban sueltas pero no permitían ver la película en su conjunto.
Me armé en la plataforma Miró varias líneas temporales. Una cronología de la vida de Michel, desde su nacimiento hasta su muerte. Los hitos artísticos por un lado, y los hitos personales o familiares por otro. A su vez, todas las escenas que había filmado o pensaba que podía filmar -y que finalmente no quedaron- En definitiva creo que fue un ejercicio necesario el de la escritura, porque me aseguró agotar varios caminos posibles y no quedarme sobre una idea preconcebida. Pero creo que el guión definitivo se escribió íntegramente en la edición.
Fue Vero De Cata quien dio con una de las llaves de la película, como una arquitecta que te muestra cómo debes cambiar la distribución de una casa para que mire en otra orientación más luminosa, que unió todas las presentaciones de entrevistados al comienzo de la película. Presentándome desde el inicio fuera de campo como una especie de detective. Es el tipo de ideas que solo una editora externa, con una mirada propia, puede aportar.
VDC: Había un dossier con algunas ideas, más algunos armados que había hecho Ati, pero fuimos encontrando una posible estructura entre los dos, que luego cobró más cuerpo con el trabajo en conjunto con Ale.
Para mí fue muy importante escuchar los audios del papá de Ati, que estaban medio escondidos entre el material, grabados caseramente. También las charlas con Ati sobre el detrás de escena, las cosas que no estaban en el material tan a la vista y eran importantes. Todos estos intercambios hacían que la forma comenzará a asomar tímidamente, que se empezara a vislumbrar un camino posible para unir los dos universos: el de la historia del personaje Michel, y el de la historia más personal de Ati como realizador, pero también nieto de este personaje y quien decidía contar su historia.
IMA: Creo que uno de los grandes aprendizajes que me dejó esta experiencia fue que siempre hay que abrirse a una mirada externa para poder trabajar un tema tan personal. Y aplica en el fondo a otros proyectos. Porque en realidad, no hay forma de que una película no lo sea en mayor o menor medida, y siempre necesitamos una distancia y un criterio para contrastar y enriquecer el propio.
La película se podrá ver:
- viernes 6, 13, 20 y 27 de octubre, y viernes 3 de noviembre, todas a las 20hs. en el Malba (CABA).
- También tendrá funciones del jueves 12 al miercoles 18 de octubre, a las 16:15 hs en el Cine Gaumont (CABA).
- En el Cine El Cairo (Rosario) el sábado 14 de octubre, a las 20:30hs con presencia del director; a las 18hs; y sábado 28 de octubre, a las 22:30hs..
- Y en el Teatro Auditorium – Sala Gregorio Nachman (Mar del Plata): martes 17 de octubre, a las 18hs.
- Cine Teatro Helios (El Palomar): miércoles 25 de octubre, a las 20hs.
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