En esta nota de EDA en pantalla, el equipo de edición EDA de Entre balas y acordes”, integrado por Adriana Castro, Ana Paula Torrens, Jonás Marmor y Martín Senderowicz (editorxs) y Celeste Vallebona (asistencia) nos cuentan acerca del trabajo en conjunto en esta miniserie documental.

 

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¿Cómo llegaste al proyecto?

Jonas: Hace alrededor de 10 años que laburo con Anima, intermitentemente, pero todos los años participo en algunos proyectos.

Martín: Trabajo hace muchos años con la casa productora, Anima Films, en diferentes proyectos (siempre de manera freelance). Estaba terminando un proyecto ahí cuando me pidieron arrancar este otro, pero como estaba por nacer mi hijo no pude, y pase la búsqueda.

Anita: Llegué a través de una convocatoria que compartió Martín Sender al OT. Hice una entrevista y quedé. Aprovecho para destacar la importancia de la existencia de las asociaciones en cuanto a armar red de contactos y dar referencias.

Adriana: Yo no conocía a los productores, sin embargo, todo pasó muy rápido. Llegué al proyecto a través del grupo de Whatsapp de EDA OT. A los pocos días me citaron a una entrevista con la coordinadora de postpo, el director y quien en ese momento era el director de montaje. El proceso de selección cerró a los pocos días y me llamaron para confirmar mi disponibilidad para arrancar en el proyecto que inició en Diciembre del 2022.

MS: Luego me sumé al proyecto porque necesitaban un refuerzo para el 4to y último episodio y me llamaron. Entré con el proyecto ya bastante avanzado, de varios meses de preproducción, producción y edición.

Celeste: Llegué por recomendación de compañerxs de EDA. Entré en la etapa final del proceso de edición.

 

¿Qué software se usó? ¿Qué desafíos tuvo la edición de este proyecto?

AT: Premiere. El desafío, en lo personal, fue que yo soy una «niña Avid», es decir, me formé en Avid y todos mis trabajos en pelis y series hasta ese momento fueron en dicho programa. Había usado Premiere pero para cosas personales y/o más pequeñas y por eso entendía que no es un programa difícil, por el contrario, pero me generaba mucha inseguridad su fama de inestable. ¿Le hizo honor a la misma? ¡Por supuesto! Pero sinceramente para este proyecto con tantos formatos de archivos y relaciones de aspecto distintas, Premiere fue la mejor elección.

AC: Creo que el mayor reto que supuso este proyecto fue que iniciamos el montaje sin tener todo el material pues el rodaje no había terminado. Existía un guión, pero mucho estaba basado en el contenido de las entrevistas que ya existían y otra parte en el contenido que se esperaba conseguir en el siguiente rodaje, en consecuencia el guión tampoco estaba cerrado pero sí teníamos una fecha de entrega cerrada y fue a mitad del proceso de montaje cuando llegó el material nuevo.

JM: Nunca deja de sorprenderme cierto periodo de incertidumbre las primeras semanas, y a veces hasta incluso meses, en los que el formato no está muy claro. En lo particular, en este proyecto sucedió eso por algunos meses, hasta que ingresó un coordinador de contenidos que encaminó el proyecto, ya que el director ya estaba más involucrado con otros contenidos como para hacer ese trabajo diario que a veces se necesita. Ingresé para el episodio número 3, con los episodios 1 y 2 en edición hacía varios meses  y mi comienzo fue casi en simultáneo con este coordinador. Así que por suerte arranque en una etapa en que la dirección estuvo un poco más clara.

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El equipo de “Entre balas y acordes”

 

MS: Creo que en general los desafíos siempre son los mismos para una serie/película documental de estas características: el guión, qué historia se cuenta, hasta donde se llega, cómo es el material a utilizar para narrar dicha historia, etc…

AT: No existía guión, se iba armando en isla. O sea había uno pero poco tenía que ver con los materiales y lo que se pretendía contar.

AC: Por otra parte, si bien teníamos esa primera versión del guión, este era más largo de lo que se estimaba para la duración del capítulo y contenía mucha más información que la que era posible abarcar un 45 min. En este sentido, fue muy satisfactorio participar y contribuir en el recorte editorial de todo este contenido, así pudimos afinar el discurso y construir en equipo cuál era la historia que se quería contar de manera tal que al momento de hacer el montaje de las escenas, fue todo más fluido.

MS: Para este proyecto en particular, contar la historia de un género tan importante para la música mexicana como son los Corridos suponía el desafío específico de contar con un buen material de archivo que ayudará a remontarnos a épocas donde las personas que la vivieron posiblemente no estuvieran vivas para entrevistarlas, entonces debíamos apoyarnos en lo que el Archivo pudiera darnos y contarnos.

AT:  Había varias personas opinando a la vez y era cotidiano que quienes tomaban las decisiones no se pusieran de acuerdo en la dirección de qué y cómo se querían contar las cosas y eso sinceramente desgastaba mucho. Fue también un desafío que sean todos hombres y siento que nos costó un tiempo hacernos un lugar para que nos oigan y tomen en cuenta nuestras propuestas.

Pero al final del proyecto, todas esas situaciones me entrenaron muchísimo en muchos aspectos del montaje, y de las situaciones «extra» montaje que también forman parte del trabajo.

CV: El desafío principal fue subirme al proyecto en la última etapa. Ponerme al día con el material y los códigos del proyecto. Y también hubo varias cuestiones técnicas que no fueron previstas y que tuvimos que resolver.

Timeline – Entre balas y acordes

 

¿Cómo fue el flujo de trabajo en el proyecto?

AC: El montaje de la serie estuvo a cargo de un equipo de editorxs, a cada unx se nos asignó un capítulo, en mi caso trabajé el primer capítulo, Ana Torrens el segundo capítulo. Ana y yo empezamos los dos primeros capítulos en paralelo.

AT: Fue un flujo fluctuante. Empezamos Adri y yo presencial, luego se fueron sumando Jonás y Martín.

AT: Estaba la figura del director en isla que empezó casi a mitad del proyecto y trabajamos en el día a día con él. Luego, se enviaban los diferentes cortes a lxs demás involucradxs.

JM: Dos editorxs estaban in house (en la productora), y luego dos más remotos, yo incluido. Cada editor tenía su disco con todo el material, luego los materiales nuevos que se iban incorporando, desde grafica, música sonido, etc. se iban subiendo a un dropbox y a un drive.

El material había sido previamente organizado y luego la etapa de online se hizo en otro lado.

MS: Cuando llegué al proyecto ya todo estaba prácticamente cocinado: todo filmado, sincronizado, y organizado. Y mucho del archivo ya ingestado. Cada editor/a levantaba el material que necesitaba de cada proyecto madre donde estaba alojado el material completo (entrevistas, BRoll, Escenas, Archivo, etc). Así que yo no formé parte de esa organización.

El equipo de “Entre balas y acordes”

 

AC: Al tener unos guiones no cerrados y la estructura abierta de cada episodio, fue necesario no sólo trabajar para el montaje de un capítulo, sino para la serie como un todo, y para ello llegamos a compartir e intercambiar escenas o secuencias ya armadas entre capítulos, hasta finalmente dar con a estructura de cada episodio.

CV: Cuando me sumé al equipo, ya estaban cerrando los capítulos. Así que mis tareas fueron más de online. Reemplazo de archivo licenciable. Paso a altas. Ordenar tls. Deliveries.

 

¿Cómo se organizaron respecto al material de archivo?

AC: En la productora contaban con archivos que habían usado en proyectos anteriores y que nos ayudaron a recrear algunos momentos de nuestra historia.

La producción trabajó con un historiador mexicano, Luis, quien nos facilitó material de su propio archivo, al igual que las propias bandas protagonistas de la serie que nos compartieron su contenido. Para complementar la búsqueda trabajamos con un productor quien se encargó de investigar y encontrar material a partir de la primera versión del guión y para las búsquedas complementarias que surgieron en la medida en la que avanzó en el montaje del capítulo trabajamos en colaboración entre la coordinadora de postproducción y el grupo de editores.

JM: El material de archivo lo iban buscando desde producción y subiendo a un drive. El proyecto pasó por una etapa complicada casi al final del offline, donde muchos archivos empezaron a tener problemas por los derechos, especialmente música y videos de las bandas retratadas en la serie. Eran muy costosos, por lo cual hubo que volantear e hizo que la edición tuviera que ir cambiando bastante en el momento en que se pensó que estaba casi terminada.

AT: Aún ya con cortes cerrados y aprobados hubo que hacer cambios estructurales porque no se consiguieron los derechos de los mismos.

La bajada inicial fue que se descargara todo de la web y luego se resolvería pero sinceramente eso trajo muchísimos problemas, especialmente en el capítulo 2 porque sus protagonistas ¡están muertos! Y dependiamos del archivo para hablar de ellos. De ese capítulo tuvimos 28 versiones distintas…

Adriana Castro editando “Entre balas y acordes”

 

¿Cómo fue el trabajo en conjunto entre edición y asistencia?

AC: Inicié el proyecto sin asistente de edición, es decir, yo fui mi propia asistente, hice el sincro de las mitad de las entrevistas y la otra mitad mi compañera Ana Paula, esto nos permitió tener tiempo para conocer casi al 100% el material y conocer el contenido de todas las entrevistas con gran detalle.

AT: Celeste entró en mi última etapa del proyecto y su rol fue más técnico y relacionado a los deliveries por lo tanto no trabajamos mucho en conjunto pero sí fue una tranquilidad dejar en sus manos el cierre porque es una excelente profesional.

CV: Fue hermoso. Super fluido y con mucho compañerismo y respeto. El grupo humano fue de diez. No sólo haciendo muy bien su trabajo sino también ayudándome ante cualquier duda.

 

¿Cómo fue el trabajo con dirección?

AC: El proceso para terminar de conformar el equipo creativo de postproducción tuvo algunos retrasos, pero cuando se incorporó al equipo como director de montaje Damián Cukierkorn «Cuki», pudimos avanzar con claridad y finalmente conjurar la visión narrativa y estética para este proyecto.

Con el director tuve varias reuniones en la sala de edición, el observaba y hacía planteamientos, sobre todo de lo estético y sobre lo que él quería que se sintiera de cada espacio y personaje. Sin embargo nos dio una gran libertad para hacer las propuestas de montaje.

MS: No conocía al director, pero resultó ser una persona muy profesional, dedicada al proyecto, que escuchaba y que proponía con total lógica. Fue muy bueno laburar con él.

JM: Me resulta un punto delicado. El editor hace su trabajo, después el coordinador de contenido el suyo, luego el director y el productor, y después la gente de contenidos de la plataforma. Este circuito puede ser especialmente agotador cuando se recorre de arriba a abajo y de abajo a arriba varias veces. Hay tironeo y mi sensación es que nunca se acaba por conformidad de las partes, sino que se acaba cuando no hay más tiempo o presupuesto. Pero al final, suelen mostrarse todxs contentxs.

AT: Fue caótico, a veces no había una bajada clara o no se ponían de acuerdo entre las diferentes partes involucradas en las decisiones creativas y eso complicaba mucho. Insisto que he aprendido muchísimo pero no es una forma de trabajo que debería ser habitual porque es desgastante y estresante. Se pierde el foco de la historia y se empieza a correr en círculos.

Entre balas y acordes

 

¿Cómo fue trabajar con un equipo integrado con tantxs socixs de EDA?

¿Crees que eso ayudó al trabajo en grupo?

AT: Yo no había trabajado con nadie del equipo antes, de hecho a Adriana, a Jonás y a Celeste no los conocía. Pero el saber que estamos bajo la misma asociación nos hizo entrar en confianza rápidamente y poder hablar abiertamente de temas tales como, por ejemplo, el dinero que cobramos cada unx y cómo pelear aumentos.

AC: La verdad fue muy fluido, la comunicación siempre fue positiva, al principio éramos solo Ana y yo trabajando en la edición de la serie y en el mismo espacio físico, esto permitió una relación de confianza y una comunicación fluída entre nosotras.

JM: Es un espacio de pertenencia, creo que ayuda, no sé exactamente cómo, pero sucede. Es como encontrarse con alguien que vive cerca de tu casa, quizás no tenes muchas cosas en común, pero tenes una importante y eso es lindo.

MS: Había una situación de compañerismo y camaradería tal que aunque haya entrado tan tarde al proyecto, rápidamente me sentí integrado, y me ayudaron mucho a resolver dudas o pedidos que necesitaba.

CV: Sin dudas, ayudó muchísimo. De base hubo un ámbito de compañerismo que yo creo EDA promueve. Compartir conociendo y acompañar. Aprendí mucho de esta experiencia. De la asistencia y edición. Y también de cómo vincularme en un equipo. Pero sobretodo, aprendí sobre pensarme como trabajadora y como posicionarme. Y eso es en gran parte gracias al ida y vuelta con mis compañerxs de EDA.

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