El montaje en el cine de género tiene sus propios códigos. Durante el mes de febrero se estrenó el film Al 3er día, dirigida por nuestro socio Daniel De La Vega y editada por él en conjunto con Martín Blousson y Guille Gatti, también socios de EDA. La película se podrá ver en las próximas 8 semanas. ¡Felicitamos a nuestros socios por el estreno! Aquí nos cuentan acerca del trabajo de montaje de la película.
El equipo de montaje ya trabajó en varios proyectos en conjunto. ¿Cómo fueron los inicios de ese trabajo colaborativo?
Guille: Yo era fan de Dani desde que en la videoteca de TEA, allá por el 99, 2000, conseguí un VHS con sus cortos, sobretodo soy fan de Sueño Profundo, que me encanta. Años más tarde lo conocí a Dani, en el desaparecido videoclub Mondo Macabro y más tarde fuimos trabajando juntos en distintos proyectos de terror de bajo presupuesto. Daniel como camarógrafo, y yo como editor.
Martín: Conocí a Daniel hace muchos años cuando dirigió su primera película vía INCAA sobre un guión que habíamos co-escrito con Nicanor Loreti y Germán Val, Hermanos de Sangre. Ahí terminé haciendo mi primera experiencia como asistente de dirección, aunque lo mío ya iba mucho más por el lado del montaje. Por esa época creo que también nos fuimos conociendo con Guille y pegamos buena onda.
Guille: La primera vez que edité para Dani, fue cuando el mismo estaba editando Hermanos de Sangre. Él había llegado a un impasse y no sabía cómo seguir; ahí me convocó su producción y básicamente mi trabajo, más que editar, fue ayudarlo a salir de ese atolladero. Y fue muy linda la relación, con horas y horas de charlas sobre el trabajo en sí. Luego de eso me llamó para Necrofobia, en esa ya lo sumamos a Martín y la terminamos editando a 6 manos… y fue una enorme experiencia.
Martín: Cuando me tiraron la idea de armar una tríada montajista para Necrofobia me pareció una propuesta espectacular porque sabía del nivel de laburo y obsesión de Daniel como director y la experiencia y talento de Gatti como editor.
Daniel: Es un placer contar con este equipo. Me siento muy cómodo desde el principio. Nos entendemos. Ellos creen en mi visión y me acompañan.
¿Cómo estuvo compuesto el equipo de edición? ¿De qué manera se dividieron la película para trabajar?
Martín: Daniel dividió la película en tres, cuidando de guardarse algunas escenas que veía más complicadas o que ya tenía muy en la cabeza una idea de armado.
Guille: Luego de Necrofobia, por distintas razones, me había perdido de volver a laburar con Daniel, entonces cuando me llamó, antes de que se decretara la pandemia, fui directo a ese bar frente al Alto Palermo… Me dió el “primer acto”, el segundo a Martín, y Daniel se quedó con el tercero, de ahí cada uno fue a su casa a laburar.
Daniel: Cada parte del equipo trabajó en un acto específico para, después, evaluar cada uno de estos fragmentos, tanto por separado como también en conjunto, para poder apreciar la película completa.
¿Qué características técnicas tenía el material?
Daniel: La película fue grabada en 8K con una cámara Red Helium.
Guille: Editamos con unos proxies generados por la misma cámara 8K. No soy muy técnico, así que no recuerdo las características, pero se podía maniobrar bien en el Premiere. También, en secuencias específicas, se sumaron algunas GOPRO y otras cámaras sueltas. Dani tiene un gran ojo para el encuadre y siempre está bueno ver como te sorprende.
¿Cómo fue el flujo de trabajo? ¿Qué software usaste y qué desafíos tuviste al respecto?
Daniel: Utilizamos el Adobe Premiere y el desafío siempre es contar una historia optimizando los recursos para que llegue al público de una forma dramáticamente efectiva.
Martín: Todos teníamos el material completo. En un disco virtual Daniel subió algunas músicas para referencias y con eso en mano arrancamos.
Guille: No soy muy fan del Premiere, pero Dani y Martín sí. Cada cual armó “su acto” y luego los fuimos subiendo a VIMEO y opinando sobre el laburo del otro.
Martín: Al principio nos compartíamos directamente los renders, después cuando avanzamos y ya íbamos a retocar el trabajo de otros lo que hacíamos era pasarnos el proyecto y los efectos/músicas que hubiéramos agregado por nuestro lado, así el otro podía relinkear sin problema.
Guille: Cuando tuvimos cada uno nuestros cortes, le mandamos las secuencias a Dani, quien tomó esos actos y los volvió a trabajar para sumar sus ideas y cambios. Luego eso mismo lo tomó Martín que hizo su pasada personal y bien obsesiva sobre todo el material, haciendolo crecer un montón. Yo hice lo mismo en menor medida, concentrandome mucho en el primer acto. La idea, al igual que hicimos en Necrofobia, fue que un par de ojos frescos analizará y tocará los cortes de otro editor, que capaz ya estaba saturado con su “acto”. Hacia el final, Daniel pegó toda la película y ahí ya empezamos a discutir mucho la estructura, no los cortes, y nos juntábamos por zoom cada 15 días para plantear dudas, ideas o simplemente hacer terapia sobre la película.
Martín: Creo que el mayor desafío técnico le cayó a Daniel al final del camino cuando tuvo que hacer un online de una película de 8K, dividiendo la película en partes pequeñas para poder sacar en discos de 4tb fragmentos y además cuidando que no se perdiera ninguna máscara que había muchísimas combinando planos en varios momentos.
¿Qué desafíos o particularidades tuvo el montaje de este proyecto?
Daniel: El relato de Al 3er Día es atípico e inusual. Ya desde el guión es una historia fragmentada.
Martín: Creo que en esta película el mayor desafío pasó más por encontrar la estructura que mejor funcionara antes que el ajuste de lo fino. En el primer armado clásico respetando el guión la película ya estaba bien, pero coincidíamos en la sensación de que había mucho terreno para jugar y potenciarla.
Guille: La estructura varió profundamente a medida que se avanzaba con el montaje, hay varias líneas temporales actuando todo el tiempo, y lo que funcionaba en la página muchas veces no se entendía en el montaje, o requería otros tiempos.
Martín: En el armado de cada escena teníamos en general muchos planos disponibles, Daniel pone siempre mucho cuidado en lo visual y eso te deja siempre un material con el que da gusto jugar. Pero lo que más charlamos fue acerca del orden de escenas porque es una película con una estructura muy particular y una cronología de eventos que podíamos permitirnos modificar, así que al tener muchas variantes posibles había que ser muy cuidadosos en cada decisión.
Guille: Eso lo discutimos mucho, de alguna manera llevo mucho más tiempo la decisión de dónde ubicar ciertas escenas, que la edición de las escenas en sí.
Martín: Fueron muchas pruebas de mover momentos de un lugar a otro y verla entera para tener claro cómo funcionaba dentro del todo.
Daniel: Fue una tarea ardua, pero muy gratificante. Sobre todo al ver el resultado final. El montaje fue una pieza clave para que el film funcionara.
¿Hay alguna secuencia en particular de la película de la que se sientan especialmente orgullosos con el resultado?
Guille: A mí la secuencia de la hipnosis (qué es la que menos mano mía tiene) me parece brillante, está llena de las ideas visuales que representan a Dani desde que lo conozco, y me parece particularmente muy bella de ver, de encuadre, foto y montaje.
Martín: Creo que el momento de la hipnosis es la que naturalmente más sobresale, pero también le tengo mucho cariño a toda la secuencia de revelaciones en el tercer acto, donde la historia da un vuelco muy fuerte al género y había que cuidar ritmo y dramatismo; creo que quedó muy linda.
Daniel: Estoy conforme con el resultado general. Si tuviera que elegir un momento de la película sería difícil, pero creo que la secuencia de la sesión hipnótica ha quedado como la habíamos soñado.
¿Cómo fue el trabajo con el sonido?
Martín: Este tipo de películas necesita por momentos mucho sostén en lo que se escucha así que mi costado de sonidista frustrado se siente muy a gusto metiendo efectitos por todos lados. Hay algo interesante y es cómo a veces en los primeros armados vas recargando con efectos y músicas poderosas, un poco para ir marcando el rumbo del efecto al que se quiere llegar, y cómo, a medida que se va ajustando el montaje, muchas veces la secuencia te permite ir dejando atrás o haciendo más sutil ese apoyo sonoro porque lo que se ve se vuelve más sólido por sus propios medios.
Guille: Yo suelo trabajar mucho la banda sonora, pero este no fue el caso, salvo músicas de referencia y algún efecto, labure mucho más en lograr afinar todos los cortes. El trabajo que Germán Suracce hizo luego fue muy creativo y medio titánico.
Daniel: Pude contar con el buen criterio y sensibilidad de Germán Suracce de los estudios Sync y con un talento como Luciano Onetti en la música. Utilizamos referencias sonoras que iban desde la Hammer, hasta filmes Europeos de finales de los 70s y norteamericanos de los 80s, para lograr ese universo sonoro y musical que buscábamos.
¿Qué hay que tener en cuenta especialmente en el montaje de una película de género?
Daniel: Creo que es fundamental que todas las piezas, incluyendo el montaje, construyan una verdad verosímil aunque todo sea una gran mentira, para ello tanto el ritmo, la continuidad y el contrapunto en el montaje, construyen un sentido de unidad que da solidez al conjunto.
Martín: Supongo que lo importante es como casi siempre, cuidar el cuento. Después hay cuestiones a cuidar mucho que es el ritmo y el verosímil, con el objetivo de sostener la atención de quien mira la película, que sea una experiencia atrapante y entretenida.
Guille: Hay que ser muy respetuosos de lxs espectadorxs y de su inteligencia. Si bien hay cosas clásicas, de clima, tiempos o incluso trucos (sacar cuadros intermedios a los cortes, sumar muchos zoom digitales a las distintas tomas) que suman muchísimo. Lo más importante para mi, al hacer una película de terror, es respetar la inteligencia de la persona que la va a terminar recibiendo… Cuando hay algo que no te cierra, o que sabés que estás muy fino de credibilidad, sabés también que tenés que volarlo.
Daniel, ¿de qué manera haber pasado por la experiencia de sentarte frente al Premiere y editar tu material te sirve para luego dirigir tu próxima película?
Daniel: Tomar consciencia de la distancia entre mis aspiraciones y la película montada dentro un timeline me pone en perspectiva para desarrollar una gramática audiovisual, propia, que pueda usar para expresarme con mayor claridad en futuros proyectos.
¿Cómo fue el trabajo de montaje durante la pandemia?
Guille: Creo que nuestras personalidades nerds se prestaron mucho para este trabajo, no nos tomamos cafés, pero pasamos tardes enteras conversando sobre la película en nuestro grupo de whatsapp, o en algunas charlas de zoom. Somos amigos los 3, así que en realidad las charlas eran 20% Al 3er día y el resto, chisme y terapia.
Martín: Definitivamente muy chateado. Por un lado digamos que los montajistas somos trabajadores claramente muy preparados para el aislamiento. Creo que lo principal que perdimos fue el juntarnos a ver alguna versión de la película y charlar en persona, pero entre zoom y un grupo de whatsapp muy abierto a la digresión y la pavada pudimos compensar positivamente esa imposibilidad.
Daniel: Fue lo que, básicamente, me mantuvo cuerdo y ocupado.
¿De qué manera cambia la forma de trabajar cuando ya tienen tanta experiencia trabajando en proyectos similares en conjunto?
Martín: Por suerte desde el primer trabajo pudimos charlar siempre con una confianza y honestidad que es importantísima para poder opinar y discutir sobre lo que es mejor para cada película pero que también incluye en el camino charlar sobre el trabajo que cada uno hizo, sus gustos y decisiones.
Guille: Sobre todo en la confianza, y en poder decir cosas incómodas sobre el armado o sobre lo que pasa en la película sin temer ofender a nadie. Que del otro lado sepan que vos querés que la película funcione y no lucirte vos, hace que se puedan tener charlas más profundas y sinceras sobre cómo sobrellevar el gran quilombo que puede ser editar una película de terror, en Argentina y con recursos argentinos. Siempre le voy a agradecer a Dani y a Martín esa confianza.
Martín: Creo que conocernos más hace crecer esa confianza y también nos permite planear mejor algunas cuestiones porque también vamos reconociendo en qué cosas puede ser alguno de los tres más hábil, o puede tener más facilidad. Igual seguramente lo más importante es que película a película cada uno sigue creciendo también, y las miradas que tenemos van mutando y creo que eso alimenta y potencia el debate y el laburo conjunto.
Daniel: Se puede trabajar a corazón abierto y tratando de construir en equipo la mejor versión de una película posible, que entra en conflicto con aquella película soñada.
