VIRUS
El cortometraje Virus, dirigido y editado por nuestra socia Emi Castañeda, está participando en el festival internacional de cine LGBTIQ+ Asterisco, que realiza por primera vez una competencia de cortometrajes dedicada exclusivamente a las producciones nacionales. Se puede ver hasta el 13 de noviembre en este link.
La película, realizada durante la cuarentena, parte de dos manuscritos encontrados entre las pertenencias de su padre muerto, de los cuales parte la hija para intentar reconstruir el pasado y tejer hipótesis sobre lo que nunca podrá saber.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Emi sobre el montaje de este proyecto. Acá les dejamos la entrevista y ¡felicitamos a nuestra socia por el estreno!
¿Cómo surge la idea del proyecto?
Surge en un taller de video documental del Centro Cultural Rojas. Me anoté en Junio, en plena cuarentena estricta. Necesitaba un espacio que funcionara como disparador. Ya venía con ganas de eso, y en enero me re-inscribí en Imagen y Sonido (FADU) para hacer alguna materia práctica. Necesito incentivos y deadlines para funcionar, jaja. La materia de la FADU se trabó y una amiga me sugirió que me anote en ese taller, donde el objetivo era hacer un corto documental. Me parece que esos espacios son muy necesarios.
¿Qué características técnicas tenía el material, cómo fue el proceso creativo con el mismo, al tratarse de un material personal?
Dado el contexto, tenía que hacer algo con las herramientas que tenía a mano. Y el docente sugería trabajar con archivo propio. Yo ya venía trabajando por ese lado. Hice un taller de Biodrama con Vivi Tellas hace muchos años y eso me hizo darle otro valor al archivo propio. Los textos que dan origen al corto no los leía desde hacía mucho tiempo, pero el disparador del taller me hizo ir a buscarlos directamente. Releerlos en este contexto de pandemia me hizo entender enseguida que era por ahí.
Técnicamente fue precario. La voz en off la grabé con el celu. Una amiga me prestó su Canon para que pudiera hacer unos planos acá en casa. Y el resto del material lo fui buscando en Youtube.
¿Cómo fue el flujo de trabajo? ¿Qué software usaste y qué desafíos tuviste al respecto?
Primero transcribí los textos de mi papá. Eso fue un viaje. Fue como hacerlos “propios”, hacerme cargo. Después los edité y escribí mis impresiones. Después grabé todo eso en varios off que tiré directamente al timeline. Empecé a editar el relato en audio desde el Premiere y después todo eso me fue disparando imágenes. Algunas que yo podía filmar y otras que iban por otro lado. Lo más desafiante para mí fue agarrar la cámara. No pensé que “sabía” filmar. Pero cuando tenía la cámara acá, fue como muy claro qué quería y cómo lo quería filmar.
El otro gran desafío eran los derechos de autor de las imágenes. Para el taller podía usar cualquier cosa, pero cuando terminó el taller y me di cuenta de que era un corto, supe que tenía que resolver el tema de los derechos con alguien que supiera. Trabajé con una archivista que me fue guiando. En ese momento AGN estaba cerrado y todo era muy complejo. Me sorprendió mucho saber por ejemplo, que los archivos de la guerra del Golfo son todos privados, pertenecen a canales de TV, etc.
¿Cómo lograste tomar distancia en el momento del montaje, al ser también la directora y al tratarse de un tema personal?
Justamente la distancia era el tema del momento a nivel social. Lo sigue siendo, pero en ese momento era intenso. Algo del tiempo y la distancia se enrareció en esos días de tanto encierro. Y quizás eso me ayudó a entender que podía contar algo tan personal, porque es algo que me trasciende. La presencia del bicho era muy amenazante y mi reacción fue hacer este corto.
Lo desafiante fue entender el final, porque empecé editando la primera mitad y me trabé una semana completa. Me empecé a enroscar con lo que quería decir. Por suerte existe mi psicóloga, jajaja.
¿Entiendo que fue realizado en pandemia, ¿cómo afectó esta situación el trabajo en el proyecto?
Yo quería que “el papel” de mi mamá, sus palabras textuales, las dijera un actríz. Concretamente Vale Lois. Pero en ese momento era re complejo todo. Pedir la cámara otra vez, ver si Vale se animaba a que fuera a filmarla, ver si yo misma me animaba a subirme a un taxi. Todo rarísimo. Además tenía el deadline de entrega en la siguiente clase, jajaja. Así que hice uso de mis años de entrenamiento de teatro (con Vale misma y con la genia de Lorena Vega) y me puse frente a la cámara.
¿Cómo fue el trabajo con el sonido?
Hice el diseño de sonido descargando efectos y sonidos de youtube y bancos de sonido, y cuando decidí empezar a moverlo más en serio, le mandé todo a Juani Giobio (ASA), el sonidista. Tenía plata para dos jornadas y él hizo su magia. Luchó con el OFF del celular entre otras cosas, jajaja.
La música la hizo un amigo músico por trueque, Fernando Tur, un talento. Se basó en lo que yo había planteado y le metió también mucha magia. Si me sale el Mecenazgo que pedí para hacer la post, le voy a pagar posta, porque hizo un gran trabajo y lo hizo rapidísimo.
¿Querés agregar algo más sobre el trabajo en Virus?
Creo que durante muchos años quise contar una historia explicando cosas que nunca voy a saber. Y este contexto loco que estamos viviendo habilitó más que nunca la falta de certezas, el “no se”.
Por otro lado, hoy comentaba una amiga, que está bueno revalorizar los cortos. Hacer películas es muy complicado… a veces se convierte en una tortura. Nosotrxs sabemos de eso. Y no puede ser tan complejo expresarse. Sería importante contar con más fondos, incentivos y pantallas para poder hacerlo.
Por último, me gustaría agregar que estuvo bueno poder hacerlo sola, porque no me quedaba otra. Pero creo que es mucho más lindo hacer con otrxs.