Hace 15 semanas se instaló en algunas salas de Buenos Aires “7 Cajas”, hoy casi 4 meses después la película paraguaya mantiene más de 5 pasadas diarias. Estableciendo dentro de la Argentina, y en el mundo, un nuevo cine Paraguayo. EDA tuvo el con Juan Carlos Maneglia co-director, guionista y co-montajista de la película paraguaya: hablar de montaje y las realidades del cine paraguayo.
EDA: ¿Cómo nace tu relación con el cine? El montaje, la realización…
J.C. Maneglia: La verdad es que yo soy un enamorado del cine desde que tengo uso de razón. Tenía 5 años cuando mi papá vino a la Argentina, compró un proyector Cinegraf, era un proyector así medio de lata que proyectaba como un papel transparente. Mi mamá compraba papel de manteca, y yo mismo hacía las películas. Mi primera película hice a los 6 años y hasta ahora tengo la peliculita dibujada. Y con mi hermana hacíamos el sonido, o sea le poníamos sonido, nos poníamos detrás de la pantalla. Desde que tengo uso de razón es como que me alucinaba proyectar algo en la pared y contar una historia.
A los 11 hice mi primer corto en Super8 y decidí “yo quiero hacer esto en la vida” , pero mi papá me decía “Pucha, Paraguay, un país que no ha producido nada de cine… esto tiene que ser tu hobby y tu profesión tiene que ser otra”. No le hice tanto caso porque terminé el colegio, empecé a trabajar en publicidad, y en realidad hacer cortos publicitarios como que dio el oficio porque en Paraguay no había escuelas de cine.
EDA: Como te afecto eso que te decía tu padre, de que no había cine en Paraguay, ¿Es así?
J.C. Maneglia: Sí, Paraguay ha producido muy poco cine en toda su historia. Imagínese que Argentina produce más de 100 al año, Brasil igual, y nosotros 25 en toda nuestra historia. Nosotros no tenemos ley de cine, no tenemos fondos específicos para cine, no tenemos Instituto entonces estamos lejos de cualquier país latinoamericano. Cuesta mucho.
Por ejemplo, en 2013 nació en Paraguay la primera universidad de cine, imagínense. Entonces esta generación de estudiantes, a veces, cuando nos reunimos, dicen “guau, 7 Cajas, la primera película paraguaya” y es mentira, o sea, se han hecho no muchas películas pero se han hecho. Y obviamente la que fue un boom en ese momento, por todo lo que vivió, por todo ese proceso fue Paz Encina con “Hamaca paraguaya”.
EDA: ¿Y tener esto de la traba histórica les generó problemas a la hora de lanzarse con “7 cajas” o solo dijeron “la hacemos”?
J.C. Maneglia: Obviamente hacer una película en un país donde no hay industria te da mucho miedo, porque es como que ni siquiera sabes si vas a poder estrenar, los mismos exhibidores tenían miedo y nos costó mucho conseguir sala.
Nos decían “no, la gente no quiere ver películas paraguayas”. Por suerte veníamos los últimos 6 años antes de 7 cajas estrenando 1 película al año. La película anterior a 7 cajas fue “Libertad”, sobre nuestra independencia.
En ese momento en Paraguay había creo que 16 salas para casi 7 millones de habitantes, o sea, nada. Eran muy, muy pocas salas. Conseguimos 3 salas, pero luego llegó un momento que en 5 salas estaban dando 7 cajas y en la sexta estaban dando Batman. O sea que fue una locura. La película más taquillera en Paraguay era Titanic con 150.000 espectadores y nosotros hicimos 350.000. Fue un milagro, fue una cosa así absolutamente inesperada.
EDA: ¿ Y tú dupla con Tana Schembori?
J.C. Maneglia: En el año 91´ empezamos a trabajar con Tana, y justamente empezamos a trabajar editando porque ella hacía claqueta para marcarme las escenas seleccionadas. Era una miniserie que se llamaba La disputa, y ahí decidimos trabajar juntos y nos independizamos de la empresa donde estábamos. Empezamos a hacer cortos, hicimos 2 miniseries para televisión. Y siempre decíamos “Tenemos que hacer nuestra primera película”.
EDA: ¿Así nace 7 Cajas?
J.C. Maneglia: Yo tenía idea de hacer una película en el Mercado 4, como un thriller, una cosa así medio extraña. Yo le decía “Imagínate que es como una película americana donde hay autos lujosos, un estacionamiento lujoso… bueno, la misma estructura pero con carretillas en nuestro mercado 4.”
EDA: ¿Ese fue el disparador?
J.C.Maneglia: Lo primero que teníamos era el lugar y el personaje más emblemático es un carretillero. A partir de ahí empecé a inventar: el carretillero puede transportar cajas, después empece a darle vuelta la historia. Pero sí yo tenía claro el genero de la película, yo decía “qué alucinante hacer un thriller, de aventuras, con cierto toque hasta de terror, con humor, y que esto este en este espacio tan increíble.”
Yo tengo el trauma… mi papá fue dueño de salas de cine durante 3 años y él siempre decía que para él una película que funcionaba era una película que llevaba público, ¿no? Y el siempre decía “nadie quiere ver películas paraguayas”. Yo tenía ese trauma y decía “hay que hacer una película paraguaya que sea taquillera”. Entonces cuando la escribí era: “tiene que ser entretenida, tiene que tener esto, tiene que tener giros”, …realmente estaba como muy condicionado. Ademas me gustan ese tipo de películas, no es que lo hice forzado tampoco.
En 2004 empecé a escribir el guión, lo terminé en 2007 y ahí empezamos la aventura de 7 cajas.
El Montaje
EDA: ¿Podés hablarnos de tu experiencia aprendiendo cine y montaje?
J.C. Maneglia: Yo amo el relato entonces para mí el alma de una película está en el montaje. En un teatro no podés montar, o sea, por ahí podes variar los tiempos con la luz o ser selectivo con “observá esto” qué se yo, pero el montaje es lo que te dice qué mirar en una película y tenés el control absoluto del tiempo. Le pertenece al cine y sólo al cine.
Como a mi tanto me fascinaba el cine incluso de adolescente lo que hacía era, alquilar una película de Brian de Palma, elegía la escena que me gustaba y volvía a hacer el story de la escena. Me acuerdo de Vestida para matar, elegía una escena, ponía pausa, dibujaba toda la escena, entonces yo decía “ah, acá usó un plano general, acá empezó a hacer un lento zoom, y después usó 4 planos cerrados, después volvió a usar este plano, la continuación de este plano general…”
Porque cuando vos ves la escena entras en el juego de la historia y no te das cuenta cómo fue narrada. Pero al hacer de vuelta el storyboard yo fui consciente de cómo ese director que a mi me gustaba tanto, que me emocionaba tanto la escena, cómo lo contó. Y era eso, para mi el cine es montaje. Es el proceso en donde me siento más cómodo, y como decimos los paraguayos: “donde me hallo más.”
En el estreno de Libertad, yo le encontré a Alberto Ponce (SAE) y fue tan simpático porque Alberto estuvo en la escuela de San Antonio de los Baños hace, no se, 25 años y yo coincidí porque yo fui a hacer un taller allá. Y nos encontramos y me dijo: “vos no te acordás de mi»; “no”, le dije. “Yo estuve en la escuela de Cuba cuando vos estuviste” y nos encontramos 25 años después. Y empezamos a hablar de montaje y fue tan alucinante. Y él me dijo un concepto que a mi me maravilló. Me dijo, “yo vivo del montaje, yo leía muchos libros de montaje, pero ahora leo más libros de guión porque es como que el guión te da el concepto de cómo montar una película, y el concepto más global. O sea, que le quites más cuadros, menos cuadros o que sea más preciso por ahí globalmente no le hace a la obra , pero sí la estructura global de cómo vas a montar está ya en cómo está estructurado desde el guión”. Entonces él me dijo “Yo en este momento decidí leer más libros de guión y eso a mi me ayuda más al montaje”. Y ese concepto a mi me ayudó mucho y ese concepto me lo dio ahí en el estreno en medio de la gente. Por eso yo digo cómo uno nunca termina de aprender y de escuchar a gente que tiene tanto oficio y que te puede dar tanto.
EDA: ¿Cómo fue el proceso de montar “7 cajas”?
J.C.Maneglia: 7 cajas la editamos en Avid Media Composer, con una Mac. En Paraguay en ese momento no había ninguna cámara muy profesional. Y estaban muy de moda las productoras que filmaban las películas con las cámaras de fotos, las DSRL. Yo quería filmarla con la 5D, pero en ese momento la 5D todavía no grababa a 24 cuadros, pero había salido la 1D en Amazon que sí grababa a 24. Entonces el Director de Fotografía (Richard Careaga) compró la 1D por Amazon. Llegó el día antes de empezar a filmar, no hubo tiempo ni de hacer pruebas, nada.
EDA: ¿Y como hicieron para editarla entonces?
J.C.Maneglia: Juan Sebastián Zelada, el Editor en la productora donde nosotros trabajamos, nos recomendó armar una estructura distinta: se compró el Avid MC con una Mac, los discos duros suficientes para tener toda la película, y cuando la montamos fue una locura porque él usó los archivos originales (h264) entonces siempre que la montábamos yo veía todo medio pausado, era terrorífico. Teníamos que hacer render para poder ver en tiempo real. Realmente la edité de punta a punta viendo así como así trancada la película (risas). Era pura intuición ver si iba a funcionar. La editamos juntos Juan Zelada y yo.
EDA: ¿Trabajaron con el guión al lado? ¿Lo respetaron todo el tiempo?
J.C. Maneglia: Nuestro oficio con Tana es hacer comerciales para televisión, ese oficio lo aprendimos haciendo storyboards, porque es la manera que sabíamos que teníamos un cierto control de cómo iba a estar relatada la historia. Entonces 1 mes y medio antes de empezar la grabación empecé a hacer el story de la película. Dibujé plano a plano, y realmente respetamos esto en filmación. En el story como que está ya casi montada la película. También pasaba de que como el mercado era tan caótico, o sea grabar en un lugar real donde hay tanta gente, teníamos que tener mucha claridad en cómo íbamos a contar la historia y respetamos mucho eso.
EDA: ¿Editaban siguiendo el Storyboard?
J.C. Maneglia: Es tal cual como está ahí. O sea, hay pocos cambios, y no fue muy complejo editar.
EDA: ¿Cuales fueron algunos de los cambios?
J.C. Maneglia: Originalmente el recorrido inicial en el mercado se detenía en cada personaje. No es que freezaba pero eran varios cuadros y una voz en off que te decía cuánta plata necesitaba esa persona en el día para sobrevivir, y se iba deteniendo en cada personaje. Y la película terminaba con lo mismo. Después del primer corte me acuerdo que Tana me dice “Esta información no necesita la película porque igual te enteras… o sea, como que la entorpece, no hace falta” entonces la quitamos. Por eso es que si vos miras detenidamente vas a ver que los personajes están en ese recorrido inicial.
EDA: Una de las mejores escenas, es la persecución al ladrón de cajas.
J.C. Maneglia: Eso estaba absolutamente todo en el storyboard, y no sólo el storyboard sino que había una planta de cámara y estaba probado. Me fui con una cámara y yo mismo corría con el que hizo el storyboard, Mario González. Y Richard Careaga el Director de Fotografía fue haciendo unos grips maravillosos, incluso monto la cámara a un auto a control remoto en la toma que pasa por las mesas. Toda esa escena se grabó en media jornada. No podíamos nosotros ir e improvisar. Por edición hay una parte que se quitó, en el medio había como una pausa donde el personaje frenaba y descansaba y el que tomaba la caja,, y después se volvían a encontrar; pero que en el montaje al verla decidimos que no, que era lindo que no frene y la cortamos. Pero es lo único que no está guionado. El resto está guionado y muy probado.
Me acuerdo que hicimos un ensayito antes de filmarla, y yo veía que el actor corría y a propósito echaba las naranjas qué se yo y venía el DF con su cámara y saltaba por encima de las naranjas… “pucha, ¡él llega a pisar una naranja y se va a la mierda la escena!”. (risas)
EDA: ¿Tan así?
J.C. Maneglia: Realmente todo fue muy artesanal, ¿verdad? Muy muy artesanal.
Por ejemplo esa escena del disparo final donde hay una cámara lenta y los personajes van hacia atrás, nosotros no teníamos una cámara para filmar esa escena, con esta cámara era imposible. Entonces a mi se me ocurrió a los personajes ponerles unos arnes y ellos actuaban irse para atrás en cámara lenta.
EDA: ¿Editaban mientras filmaban?
J.C. Maneglia: No, en realidad no la editamos al mismo tiempo. La filmamos en 44 días. Yo creo que la hubiéramos filmado en mucho menos tiempo si teníamos un cierto control del lugar, pero ese lugar era incontrolable. Yo escribí el guión pensando obviamente que de día iba a ser más complicado, entonces trataba en el guión de que pronto llegue la noche y todo ocurriera casi a la noche. Pero filmando a la noche nos dimos cuenta que en realidad el mercado se queda libre 9:30 de la noche recién. Y a las 3 y media de la mañana ya están volviendo a ocupar sus lugares, entonces teníamos muy pocas horas por noche para poder grabar en el lugar. Trabajábamos hasta las 5 de la mañana, dormíamos después hasta cerca del mediodía para preparar la escena para a las 7 de la tarde volver al mercado y seguir entonces de lunes a viernes.
EDA: Imposible entonces…
J.C. Maneglia: Durante el rodaje nos quedamos con Tana casi 2 meses sin poder trabajar en lo que hacía que se mueva la plata. Entonces el proceso posterior que fue el montaje, duró casi 6 meses.
Se editaba en los tiempos en que Juan Zelada podía y en que yo podía. A veces editábamos 1 hora, a veces 2. Muy pocas veces teníamos como 4 o 5 horas seguidas para editar. Y a mi eso me generaba mucha ansiedad y mucha tensión. Me hubiese encantado tener así, “guau tengo 2 meses para sentarme a editar”. Pero no.
EDA: Contanos que paso en el Festival de San Sebastián
J.C. Maneglia: Como no teníamos la plata para terminar la post y nos enteramos de que existía “Cine en Construcción” y si ganabas ellos te cubrían la post entonces nos presentamos en San Sebastián. Yo la verdad que estaba seguro que íbamos a perder pero Tana me decía “vamos a probar, ¿qué perdemos?”. ¡Y ganamos!
En la primera proyección estaba Luis Puenzo, yo me acerqué a él y le pregunté en qué él sentía que podíamos mejorar la película y me dijo “pueden acortarla un poquito más”. Entonces le pregunté con qué Editor de la Argentina, alguien que tuviera mucho oficio, y nos recomendó a Juan Carlos Macías (SAE). Entonces yo vine acá a Buenos Aires a hacer un segundo corte con él, o un cuarto, un quinto, la verdad que no sé. Y fue maravilloso trabajar con él, aprendí muchísimo, sobre todo conceptualmente, eso me maravilló porque había escenas como que tenía presentación, nudo, desenlace, y él me decía “esta información vuela”, O “este desenlace, no, acá ya podemos cortar y se entiende igual” y es como que conceptualmente me ayudó mucho. Aprendí muchísimo con él.
J.C. Maneglia: Una cosita que quería comentar que también es que dentro de la película hay como pequeños homenajes, con nuestra idiosincrasia, a películas muy famosas, ¿verdad? Son homenajes como muy íntimos, muy privados. Por ejemplo esa escena donde sale el carretillero malo y le va chocando su carretilla con la carretilla para mi era Ben Hur por ejemplo. Esa corrida por ejemplo en el estacionamiento era como Terminator. Y a mi me causaba mucha gracia de hacer como un homenaje de una película, claro, hiper cara, hiper conocida, pero nosotros con nuestros medio, con nuestros elementos, con nuestros personajes y que eso esté como en la película me era muy genial.
EDA: ¿Y la experiencia de estrenarla en la Argentina y le vaya tan bien?
J.C. Maneglia: Pero igual son 2 años después, o sea, nosotros cuando estrenamos, siempre le decíamos al distribuidor norteamericano “pruebe en Argentina”, acá en Argentina hay 1 millón de paraguayos. Sentíamos que podía haber interés y podía tener su público. Y siempre nos decían “no, nadie se anima, no hay caso”.
Para mi era emblemático que se estrene porque bueno, siempre venía a la Argentina a ver películas de niño, entonces como pedimos tener los derechos durante casi 1 año. La envié como a 10 distribuidoras de acá y nadie tomó la película, nadie le interesaba la película. Y cuando “Mirada” la toma, le costó mucho encontrar sala. Finalmente el BAMA se animó y como le fue bien como que se animaron otras salas, otras ciudades. La verdad emociona muchísimo.
EDA: ¿Que sentís ahora sobre el futuro del cine Paraguayo?
J.C. Maneglia: Aparte de una cuestión personal hay un orgullo muy lindo saber que en este momento se están filmando 6 películas paraguayas. Después de tener 25 en toda nuestra historia que en 1 solo año se estén filmando 6 es como un milagro ya. Y estamos muy felices de que así suceda. También de que se haya abierto la primera universidad de cine, que en 1 año más se estén recibiendo casi 100 chicos que van a dirigir películas, o sea, es maravilloso. Hay como una movida, un entusiasmo muy general de que el cine es posible de que el cine puede ser rentable, que el cine puede ser una industria. Pero obviamente va a pasar un tiempo, falta consolidar esto, falta una ley que nos proteja, falta un instituto que facilite un fondo específico para generar una continuidad. Falta mucho, falta mucho. Sabemos que el camino no es fácil. Pero me parece que hay tanta pasión y tanta necesidad de contar nuestra historia y seguir aprendiendo también.
7 cajas continua exihibiendose en argentina, Maneglia/Schembori actualmente estan desarrollando un nuevo proyecto de largometraje.