Kris Niklison, editora (junto con Karen Harley) y directora de Vergel, nos cuenta como fue el proceso de montaje de su película, nominada al Premio al Mejor Montaje de película Argentina en competencia que otorgarán EDA y SAE en el 19 BAFICI.
El desafío mayor en la edición de Vergel fue conseguir escuchar mi propia voz. En la edición existen “reglas” que se van estableciendo tácitamente y que parece una herejía contrariarlas. En mi opinión, estos mandatos acaban cercenando lo más importante de la obra de arte: la singularidad de cada artista. Intenté mantenerme libre. Con rigor, con criterio, con estructura, con código, pero libre.
La edición de Vergel fue como coreografiar mis espectáculos. Al coreografiar, desarrollás movimientos, seleccionas los que mejor cuentan lo que querés contar y montas esos en un ritmo determinado. Igual que con el cine, lo único que cambia es que en vez del cuerpo, trabajas con imágenes filmadas. Además, como Vergel no cuenta una historia lineal, podía probar esto aquí o allá y esos movimientos iban resignificando el relato. Era como un juego de ajedrez. Movías una pieza y se te daba vuelta el partido. En ese sentido fue un proceso muy creativo. Otra particularidad del material es que las escenas generalmente tienen una sola puesta de cámara. Desde la primera escritura imaginé la película así, sin planos y contraplanos. Tal vez sea por mi background de teatro físico, pero no tenia la necesidad de mostrar siempre el rostro de los personajes. A veces una espalda dice más que una cara. Eso, en cierto modo simplificó también la edición. Por otro lado Vergel trata de un proceso de duelo. Los procesos llevan tiempo. Entonces existía el desafío de dar el tiempo necesario a las situaciones, para crear y sostener climas, pero sin perder de vista el ritmo.
El material lo organizó un asistente al principio, y cuando edité sola, cada vez que se me presentaba un problema técnico, había un asistente que sacaba las papas del fuego!
Trabajar conmigo misma siempre es un problema, tengo grandes discusiones internas! Ya las cuatro semanas que trabajé con Karen Harley (editora brasileña) fueron muy ordenadas y productivas. Fue muy importante compartir con Karen la primera parte del proceso. Creo que nuestros gustos son bastante parecidos y cuando no lo eran, las diferencias nos llevaban a discusiones interesantes que siempre acababan enriqueciendo la película. En la etapa que siguió y que yo edité sola, me apoyé en el feedback de gente en la cual confío (directores, editores, críticos, amigos cinéfilos, etc.)
Al igual que la imagen (yo había investigado la luz y los encuadres con mi 5d antes de llegar al rodaje con la Alexa), el sonido de Vergel también fue armado primeramente en borrador: usamos audios enviados por los actores por Whatsapp, música provisoria, sonidos tentativos, todo lo necesario para que el corte fluyera. Cuando la edición de imagen estaba teóricamente terminada, le mostré esos borradores a Martin Grignaschi. Él empezó a armar en base a eso. Proponía y me mostraba. Yo “miraba”, hacia una listita de observaciones y el ajustaba nuevamente. Fueron varias rondas hasta que ya no había nada más para retocar. Creo que lo volví loco con mi perfeccionismo. Aunque sé que esta “prohibido volver atrás” me permití en algunos casos modificar la imagen porque sentía que el sonido lo pedía. Martin fue muy comprensivo y siempre trajo soluciones creativas y sensibles. Fue un gran compañero y es un gran director de sonido.
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=WPFelnc4qoM
Funciones:
24 de Abril, 20:20, Village Recoleta 8
25 de Abril, 17:25, Village Recoleta 8
27 de Abril, 23:00, Village Caballito 7