Sebastián Schjaer editó la película Isabella, nominada al premio a Mejor Montaje de Películas en Competencia Internacional que otorgará EDA en la 35ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Sebastián nos cuenta el proceso de edición de esta película:

– ¿Qué desafíos tuvo la edición de esta película?

El proceso de montaje de Isabella duró alrededor de 12 meses. Fue intermitente e intenso en igual medida. Matías tenía la idea de que la película se construyera en base a fragmentos que correspondieran a temporalidades diferentes y que en esa dispersión la película encontrara un orden propio. Como el rodaje se desarrolló a lo largo de dos años, el montaje acabó siendo una instancia en la que maniobrar y construir con escenas que, además de fragmentos dispersos en términos de filmación, daban cuenta también del paso del tiempo en la vida de quienes hicieron la película. Entre otras cosas, María Villar (la protagonista), tuvo un hijo. De ese embarazo surgió una idea de rodaje, que luego fue también una idea de montaje. Esa relación entre la vida de quienes hacen la película y la película en sí misma, es muy propia del grupo que desde hace muchos años se reúne a filmar junto a Matías. De esa energía y de esos vaivenes está hecha Isabella. Y es de eso mismo que el montaje se nutre para intentar encontrar un tono, un ritmo y una cadencia propias.

– Particularidades de esta película respecto a otras que hayas editado.

Sebastián SchjaerLos saltos temporales constantes fueron lo más particular que presentaba Isabella. Cómo hacer para no perder el hilo de lanarración y seguir construyendo el rompecabezas pieza a pieza. Cómo hacer del recorte una potencia; y del hecho de imaginar a unx espectadorx por momentos perdidx la posibilidad de expandir su curiosidad. Para imaginar esas múltiples estructuras (que luego de un tiempo nos dimos cuenta que no eran muchas, sino más bien pocas) armamos un sistema muy visual: imprimimos un fotograma por cada plano y los desplegamos en el piso. Pasamos bastante tiempo (des)ordenando los papeles antes de pasar al programa de edición. Cada día armábamos diferentes esquemas posibles con las figuritas. Cada vez que un corte entre una escena y otra nos gustaba, le poníamos una cinta púrpura (el púrpura es el color que atraviesa toda la película); y cada vez que nos generaba dudas, una gomita de plástico. Y así empezaba cada jornada, desplegando las imágenes por el piso. Hay mucho de juego (de un juego serio y que demanda muchísima atención) en el proceso de trabajo con Matías.

– ¿Qué características tenía el material?

A diferencia de otras películas suyas, donde suele haber planos largos con coreografías muy precisas entre los movimientos de los personajes y la cámara, en Isabella había una intención de registrar menos la duración, que el instante.

Había también un foco claro, construir en base a las actuaciones; de ahí la pregunta por cómo ir construyendo los personajes en base a recortes tan pequeños en términos de tiempo. Como en películas anteriores, el material tenía esa combinación tan particular entre artificialidad y frescura. Y desde mi punto de vista era necesario combinar ambas características para encontrar el tono del montaje. Ahí había un nervio que explorar, un hilo del que tirar. Al mismo tiempo, había otro elemento central que eran las escenas en el color invade todo el plano. Esas imágenes en las que las variaciones cromáticas generan movimiento tenían un efecto doble: cierto magnetismo y sensación de pausa, por un lado, y cierta condensación de sentido que recién se actualiza al final de la película cuando se devela de dónde provienen esas escenas. Y en el medio, el color púrpura como un color de pasaje, un entre, una zona de incertidumbre. De ahí las doce piedras con las que empieza y termina Isabella, como un modo de resolver esa zona de dudas que atraviesa el personaje de Mariel a lo largo de la película.

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 – ¿Cómo fue el trabajo con el director?

Durante el proceso de montaje suelen presentarse problemas de diferente índole: de narración, de ritmo, de estructura, de criterio de elección de tomas.

Trabajar con Matías es enfrentarse a esos problemas, pero con un abanico interminable de soluciones, posibilidades e imaginación. El trabajo en conjunto es al mismo tiempo el gusto por la amistad compartida y alimentada a lo largo de los años en las diferentes películas, así como también el placer del artificio del cine y la posibilidad de aprender a armar las películas con una libertad y un arrojo ante lo desconocido que a mí me parecen muy únicos. Es un placer enorme poder ser parte de esta gran familia que hace años se reúne a generar nuevas formas de entender el cine y la amistad. 

Creo que el montaje es, además de una forma de encontrar sentidos, un modo de (des-re) organizar el color de cada unx de quienes hacen estas películas.

Trailer: https://vimeo.com/390822060

Película online: 21 22 23 de Noviembre