En particular, en esta película, tuve la fortuna de poder contribuir con otra de mis pasiones que es el registro, el rodaje, la cámara.(…) apareció la oportunidad de agregar una pequeña escena que habíamos descartado por carecer de los planos suficientes. Y bueno, allá fuimos, a rodarlos pensando en el montaje. ¡El sueño de todo editor!  ¡¡¡Material hecho a la medida, a pedido!!!

abalos2 El 5 de Junio se estrenó “Ábalos” (trailer) de lxs directorxs Josefina Zavalía Ábalos y Pablo Noé. El colega y socio Adrián Bao (EDA) nos cuenta sobre el montaje de la película.

En principio, hay que destacar que era un proyecto que llevó aproximadamente como ocho años de realización. Eso, ya determina millones de cosas. En realidad llegó él a mi, antes que yo a él. Un muy amigo mío, Federico Castro, gran editor y director entre otras virtudes audiovisuales, me llamó para confiarme una película, la cual había que terminarla en una semana. Esto era, cerrar un par de escenas, terminar el online y hacer el conformado final, delivery, etc. Aunque para esto último posiblemente se encargaría mi amigo. Lo urgente era que un editor de su confianza le diera una mano de «pulido y laqueado» a la estructura del film y cerrara el online.

El principal desafío fue el tiempo que teníamos disponible para realizar el trabajo. Me tenía que concentrar solamente en las escenas que eran el objetivo. Aunque poco a poco, fuimos encontrando que si cambiábamos esta cosita aquí y aquella allá, luego de poner esto primero y aquello después, cerraba mejor el final. Y así terminamos modificando bastante todo. Final que no estaba realizado aún, ese fue un salto de fe que con la directora Josefina Zavalía Ábalos teníamos que dar en el camino que construimos estructuralmente hacia ese final. Habíamos logrado extender unos días el presupuesto para el montaje final y ya no había más tiempo. Pero no fue tan grande el salto, yo sabía que había un equipo técnico de la ostia respaldando, con Nahuel Varela la fotografía y Federico Castro coordinando la postproducción. Roles estos a modo de «título principal» porque ya sabemos como es el mundo de las películas (en especial los documentales) de baja producción, desamparadas de cualquier ayuda seria del Estado. Aunque, en este caso hubo algún apoyo del INCAA y de la Gobernación de Santiago del Estero.

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En particular, en esta película, tuve la fortuna de poder contribuir con otra de mis pasiones que es el registro, el rodaje, la cámara. Pues, en una nueva instancia de montaje posterior, gracias a algún milagro apareció la oportunidad de agregar una pequeña escena que habíamos descartado por carecer de los planos suficientes. Ya lo habíamos hablado y pensado como tenían que ser estos planos. Y bueno, allá fuimos, a rodarlos pensando en el montaje. ¡El sueño de todo editor!  ¡¡¡material hecho a la medida, a pedido!!!

Como les contaba, era un proyecto para el que se registró material durante algo más de 8 años. Visto a la distancia y sin ser contemplativo podría decir que no había «mucha» coincidencia entre los tipos de cámaras usados, soportes, compresiones, contenedores, ni conversiones posteriores de material, al menos de lo que llegó a mi. Técnicamente, era la pesadilla de un editor. ¿O debería decir del asistente de edición? Se perdió material o faltaba conseguirlo. Mucho era de archivo, con derechos legales sobre imágenes y canciones, etc.  Pero, en «mi manual» luego del primer capítulo: «lo que debe ser», el segundo capítulo es: «ser contemplativo» no se puede tener una posición estéril en el sentido de asepsia, uno se une a un proyecto, con todas sus características y la realidad histórica por la que atravesó la película. Así que todo esto lo supuse desde un inicio y lo entendí así como consecuencia lógica de las peripecias por las que atravesaron con el proyecto. Así que la buena voluntad de parte de todos, como siempre, derrumbó los obstáculos.

En primer lugar, al ser una película documental con tanto camino recorrido, era evidente que había mucho desgaste físico y mental en quienes la impulsaban. Aún así,  noté que había una muy buena disposición a lo que fuera que yo iba a hacerle a su película. En definitiva, trabajamos muy profesionalmente, con mucho respeto, nos escuchamos cuando teníamos que hacerlo y cuando habían diferencias de opinión nos inclinábamos a veces por una opción y a veces por otra. Sin perder el norte de que, lo que importa, eran las intenciones que tenía puesta la directora en el que algo  en particular sea contado, y yo simplemente le avisaba cuando eso no se lograba del todo o imaginaba una mejor forma u orden de hacerlo.

Soy muy obsesivo con el audio cuando arranco un proyecto desde cero. La verdad que al inicio el trabajo con el sonido fue muy complicado. Intenté rescatar las pistas originales de muchas tomas que o no estaban o notaba que faltaban canales y el tiempo se me empezó a ir como arena entre las manos. Sinceramente no pude colaborar mucho con quien hizo la posproducción de audio. No tenía mucho por hacer en el tiempo que tenía disponible. Los 8 años de idas y venidas hicieron su trabajo sobre el timeline. A pesar de eso, re-pensándolo a la distancia, es admirable que luego de tal cantidad de proyectos, secuencias y escenas movidas de un lado al otro durante ese período de tiempo haya llegado a mí en las condiciones en que llegó. Pudo haber sido mucho peor. Pero esto lo tendría que confirmar el postproductor de sonido.

En la etapa del montaje que me tocó, no llegué a conocer a los editores anteriores: Pablo Barboza y Juan José Gómez. Tremendo trabajo deben haber realizado. Daba la sensación de que habían miles de escenas editadas que podría haber incluido. Nunca supe cuántas eran. Por suerte y aunque sin estar terminado el corte, arranqué con un timeline de, creo recordar, algo así como dos horas y media aproximaadamente. Lo miré un par de veces, y empecé probando con reducciones de escenas y algunos cambios de ritmo u orden en ellas. Luego, nos encontrábamos con Josefina, la directora. Ella lo veía charlábamos y pasábamos a lo próximo o probábamos otra cosa si no le convencía.

En cuanto al flujo respecto del material y el NLE, si hubiera sido posible la inclusión de un asistente o persona encargada de ordenar durante todo el camino recorrido (8años) lo registrado, aunque suene utópico por mil razones en este caso, los resultados hubieran sido aún mejores y por sobre todo mucho más rápidos e incluso hasta menos onerosos para el proyecto en su conjunto. Digo esto porque me quedó dando vueltas el fantasma de que, por un lado, invertí más tiempo en buscar material que en editarlo, y además, la idea bizarra de que con todo e material que no vi podría hacerse sin esfuerzo una película más, e igual de interesante.

En este caso la película llego a mí, decía antes, ya que vino empaquetada dentro de una CPU de computadora en un proyecto gigante de AVID. ¿Y quién manejaba AVID? Así que, ¡Gracias AVID, sin tí no hubiera sido posible!

«Ábalos» se encuentra en cartel. No se la pierdan!