ENTREVISTA  Andrés Germán Fernández EDITOR DE ROUGE AMARGO de Gustavo Cova.

EDA: ¿Cómo llegaste a trabajar en la película?

Yo conozco a Gustavo Cova, director de Rouge amargo en Illusion Studios, donde me desempeñaba como jefe de posproducción y justo estaba iniciando el montaje de Boogie, el aceitoso, película animada sobre el personaje de Fontanarrosa.

Increíblemente, estaba montando una película sin director. Dos directores trataron de encararla, pero habían abandonado el proyecto en plena producción. El plan del film ya estaba cerrado y el tiempo seguía corriendo. En esa situación un poco caótica, la productora contrata a Gustavo Cova quien se hace cargo de Boogie y de inmediato pegamos buena onda y encaramos el trabajo de llevar adelante una película que estaba a punto de ser cancelada. Finalmente, Boogie se terminó de manera más que digna con mucho laburo de reescritura desde la isla de edición.

Cuando estábamos terminando Boogie, la productora nos pide hacernos cargo de Gaturro, una peli 3D que venía hacia un año atrás tratando de avanzar y no lo lograba. Así que, mientras estábamos en el proceso de corrección de color, laboratorio y estereoscopia de Boogie, empezábamos a editar Gaturro.

Fueron 4 años de trabajo intenso entre las dos películas y otros proyectos para TV, en que laburamos codo a codo con Gus. En ese contexto, él me empieza a hablar de Rouge amargo y me ofrece editarla. La película fue grabada con dos cámaras Canon 7D y se editó en Avid Media Composer 6. Para mí fue súper grato debido al gran conocimiento mutuo que tenemos con Gustavo, por la cantidad de proyectos en la que trabajamos juntos y nuestra similitud en cuanto a gustos cinéfilos y televisivos

La edición de Rouge podríamos decir que fue colaborativa. Como Gustavo también maneja el Avid, nos íbamos alternando en la edición, en función de los horarios de cada uno, haciendo sucesivas reediciones de los armados.  Yo armaba una escena, luego él la veía, hacía anotaciones o directamente la reeditaba. Luego la volvíamos a ver juntos, intercambiábamos opiniones y así continuaba el proceso.

EDA: ¿Cuánto tiempo de edición llevó?

La verdad es que es muy difícil mensurar el tiempo que llevó. Fue un proceso de dos años, pero no fue un trabajo de jornada completa ya que yo estaba editando Don Gato en Illusion Studios y Gus estaba con otros proyectos de TV.

EDA: ¿Investigaste cine de género para editar Rouge amargo o sentías que estabas preparado para hacerla?

Tanto Gus como yo somos fanáticos del cine de género. La idea inicial, en cuanto a la estética de Rouge surge de los films de Tony Scott, uno de los directores favoritos de Gus. Pero era solo un punto de partida para pensar la edición de la película. Yo tenía en claro que el material nos iba a ir llevando naturalmente hacia un estilo de edición propio.

La edición de Rouge es el resultado de una búsqueda estética que hicimos en dupla con Gustavo. Utilizando el método que te conté anteriormente, con muchas instancias de reelaboración.

Antes de empezar, teníamos en claro que no queríamos hacer una edición clásica, ni lineal; buscábamos algo más moderno y vertiginoso, con cortes que subrayaran todo el tiempo el clima de adrenalina y tensión que viven los personajes.

Para mi Rouge es una película moderna y buscamos que fuera distinta, experimental. A mí personalmente me gustaba la idea de llevar aún más al extremo la narración, fragmentando el tiempo y rompiendo completamente la linealidad de la historia. Pero el riesgo era dejar al público completamente confundido y desenganchado de la historia, por lo que tratamos de buscar un equilibrio. Tratamos de dejar que avanzara la acción sin marear al espectador y a la vez, introdujimos elementos disruptivos que lo desestabilizara y le generara una angustia similar a la que viven los personajes de la historia.

Mi secuencia favorita es la del inicio. Creo que es muy estética y cumple en introducir al espectador en la atmósfera de policial negro que propone Rouge amargo. Tiene un criterio de montaje mas clásico que el resto de la película y funciona como intriga de predestinación de la historia.

 EDA: ¿Por qué hay que ir a verla?

Hay que ir a ver Rouge amargo porque es una propuesta diferente, pensada para los amantes del cine de género, que busca entretener a un publico más joven y desprejuiciado. Realizada por gente que amamos el cine y que intentamos profesionalizar cada vez más nuestra pequeña industria nacional, poniéndole cabeza y corazón a lo que hacemos.