La creciente es una de las nominadas al Premio al Mejor Montaje de la Competencia Argentina, que otorgarán EDA y SAE en la 21ª edición del BAFICI. Emiliano Rodríguez nos cuenta cómo fue el proceso de montaje de la película.

Casi la totalidad de las escenas de La Creciente fueron rodadas en plano secuencia, motivo por el cual el primer armado estuvo listo en muy pocos días. Fue un armado que respetaba casi al pie de la letra el guion original, y utilizando las tomas apuntadas en rodaje como las mejores. A partir de esa base empezamos a analizar posibilidades para enrocar escenas, e incluso eliminar algunas que no funcionaban como se esperaba o que detenían el avance de la historia. Foto ER

El principal desafío fue el manejo de los tiempos. En general, las escenas habían sido rodadas con unos tiempos de entrada y salida bastantes largos, y eso era parte integral de la visión de los directores sobre la película. Pero ya avanzados en el montaje, empezó a ser claro que no todas las escenas podían mantener esa estructura. Había que elegir en que momentos ser mas contemplativos, y cuando pasar a la acción directamente para hacer avanzar la trama. La historia transcurre en un entorno natural bastante hostil, que se configura prácticamente como un personaje más y que propone una cadencia más bien lenta, pero una vez planteado el conflicto, fue necesario imprimir un ritmo más alto para mantener la tensión entre los personajes.

La dificultad en esa búsqueda estaba dada por las restricciones que plantea el plano secuencia como recurso. No existía la posibilidad de cambiar los tiempos internos de las escenas, sólo podíamos decidir cuando entrar y cuando salir (apenas un par de escenas fueron cortadas internamente). Así, algunas de las tomas descartadas originalmente se hicieron un lugar en el timeline, debido a una cuestión de ritmo interno, o por algún detalle en la actuación que nos permitiera acentuar alguna característica de los personajes o sus vínculos. Este proceso fue bastante largo e implico infinidad de visionados hasta encontrar cuales eran los tiempos de cada escena, y de la película en general.

Desde el punto de vista de la mecánica de trabajo, quizá lo más distintivo del proyecto fue que cada vez que hacía un corte, para ver si realmente funcionaba debía volver al menos un par de escenas para atrás y visionar desde allí para tratar de sentir si se estaba generando el efecto buscado. Esto plantea unos ritmos de trabajo muy distintos a lo que uno esta acostumbrado.

A Franco y Demián, los directores, los conozco desde hace muchos años y ya hemos realizado varios proyectos juntos, con lo cual la dinámica fue muy fluida. En general, yo trabajaba solo durante algunos días, y luego hacíamos una reunión en la isla donde les presentaba las ideas nuevas o cambios. Por supuesto, se generaban debates donde se contraponían sus ideas originales sobre la peli y la forma que de hecho iba tomando. Esas idas y vueltas fueron construyendo de a poco la película. Por último, los productores organizaron una proyección con algunos colegas. Esas miradas externas ayudaron mucho para terminar de decidir algunos detalles y establecer el corte final.

Sobre la cuestión técnica, la película fue rodada con una Alexa Mini, en ProRes 4444 3.2k, y se editó en FCPX directamente desde el material nativo de cámara, con lo cual el workflow fue muy simple. Durante el rodaje, todos los mics fueron nomenclados indicando a qué personaje o tipo de ambiente correspondían, y toda esa metadata facilita mucho el trabajo de sonido en el timeline, como así también el intercambio con el área de sonido en la etapa de postproducción de audio.

Trailer: https://vimeo.com/305172791

Funciones:
Miércoles 10 Abril 20.15h. Multiplex Belgrano
Jueves 11 Abril 14.50h. Multiplex Belgrano
Sábado 13 Abril 14.40h. Espacio INCAA cine Gaumont