Juan José Campanella es un nombre realmente importante en la cinematografía Argentina, no solo para los profesionales sino para el común de sus compatriotas, reconocido como guionista y director, su faceta de editor audiovisual es quizás desconocida. En esta entrevista no nos habla de sus estrellas, su ya bastante conocida biografía ni del Oscar. Esta entrevista es a Juan José Campanella editor.  

Sus últimos créditos como editor son El Secreto de sus Ojos (2011) y Metegol (2013) y esto es lo que el multifacético artista tiene para contarnos sobre el arte de cortar y pegar.

Yo  empecé  como montajista. Cuando me recibí en la escuela de Nueva York empecé editando videos Karaoke  y aprendí un montón. De karaoke pase a videos mas profesionales.  Editando, me dí cuenta que es el momento de la película que más me gusta, pero al mismo tiempo el trabajo solamente como Editor era muy frustrante. Entonces dije: “Tengo que ser Director”. En realidad me hice Director para proteger mi trabajo de  guión y de montaje, para tener el control de toda la historia. En mi primera película que se llamo “El Niño que grito puta”  (The boy who cried bitch, 1991)  yo también quería ser el montajista  y me convencieron para que ponga a otra persona  para tener una visión fresca de la película. La verdad que me gusto mucho trabajar con un montajista: Darren Kloomok  y fue un montajista con el que trabaje en la otra película que hice en Estados Unidos: Ni el tiro del final  y muchas cosas de televisión. Me lleve muy bien, incluso tanto que escribimos un guión juntos. Me sirvió mucho tener la visión de otra persona que vaya armando la película mientras se esta  filmando. Pero notaba que él se frustraba a veces cuando estábamos en algún desacuerdo y terminaba primando mi opinión. Pero, en muchas cosas me convenció bastante.

¿Por qué te gusta tanto el montaje?

Me gusta trabajar en un lugar cerrado, solo, con aparatos. Los montajistas somos todos medio aparatos y me pasan las horas de una manera increíble. Es un poco jorobado cuando el material es un poco problemático y hay que salvarlo. Pero cuando el material es bueno, pasan las horas, y duermo tres horas y sigo 16 horas mas. La verdad que me gusta mucho, mucho, mucho. ¿Por qué? No sé qué habrá en mi genética, en mi crianza que me gusta ese estilo de vida,  no te das cuenta cuando cae el sol, si afuera llueve, caen soretes, no se no tengo idea. Es lo que me gusta.

 ¿Cuál es el trabajo del editor?

Yo diría que los tipos filman todo separado, fuera de orden. Si hay un diálogo entre vos y yo,  el director filma primero todo lo de él , después todo lo mío. Y el que va armando toda la cosa, la decisión de si muestro al que habla, si muestra al que espera, si agrando la pausa, si acorto la pausa, la elección de las mejores actuaciones, es el trabajo del Montajista.

 ¿Tu experiencia en el montaje modifica tu forma de escribir?

Hay mitos de guionistas, de cosas que se necesitan en los guiones, por qué tal persona se enamoro, entonces haces escenas y escenas de porque se enamoran, de dialogo, de acciones, después resulta que ves la película y ella lo mira enamorada a él y todo resulta superfluo, lo terminás cortando. Entonces ese tipo de aprendizaje va afectando la escritura. En que punto atacas una escena, en que punto salís, etc. Pero en realidad la cosa mas valiosa del montaje es el ritmo y la estructura interna de una película. Eso es algo que no se nota, no se cuenta por corte. A veces la marca de un buen montajista es no cortar. Cuando El hijo de la novia fue nominada al Oscar el certificado de nominación nos lo dió Dede Allen (la enorme Dede Allen editó entre otras Bonnie and Clyde, Tarde de Perros y The Hustler) y me hizo el halago más importante de mi carrera que fue: “Me encantó como no cortaste tu película”. Me pareció genial.

Siempre dan el premio al mejor montajista al que más cortes tiene. Parece que contaran. Todos los premios de montaje son así. Hizo 1000 cortes, áquel 520 y le dan el premio al que hizo mil cortes. Entonces una película con un buen montaje se describe como una película que tiene mucho corte.

¿Cómo sentís que una toma es la buena?

Generalmente , la prioridad es la actuación. Ahora, si esta totalmente fuera de foco me tengo que morfar la que esta en foco. ¿Qué voy hacer? Alguna imperfección técnica se aguanta. La cuestión,  para mi, es que el público no salga de la película. No romper la  hipnosis que uno logra con el público. Yo trato como director y montajista de desaparecer de la película.

 ¿Hacés proyecciones de prueba?

Generalmente hago dos, una con el primer corte, la otra con el segundo corte. Para el primer corte estamos meses. Desde “El mismo amor la misma lluvia” , es como una tradición. Junto 60, 70 personas que no me conozcan, ni conozcan a nadie de la película, ni conozcan el guión. Y generalmente me pegue con sorpresas, con escenas que no se necesitaban. No se cambia nada substancial de la película, no se cambia el sentido, no se cambia el final. No es como en Hollywood, si al público no le gusta, re-filman. Para el cine argentino nosotros la posibilidad de re-filmar es prácticamente inexistente. Yo hago un cuestionario que me sirve nada mas para corroborar cosas. Pero realmente lo que necesito lo siento sentándome  en la sala con la gente, nada más .Ocurre algo mágico en la sala. No necesito mas nada.

A veces, admito un pecado terrible de montaje que es que por una risa dejo todo, hasta un fuera de foco. Y me sirve mostrárselo a 60 personas y cuando no se ríe nadie, entonces ahí digo lo estoy defendiendo yo solo contra viento y marea y encima lastima la escena, lo sacamos. Cuando vos trabajas mucho y estás muy cercano al material, tu mente esta viciada. Entonces ver la película con 60 pares de ojos nuevos para mi es fundamental.  Pero nunca voy a cambiar el final de una película, la película es la que yo quiero.

Pero sentís en un momento, esa sensación puede estar ensuciada por la proximidad con el material. Es ahí, donde mirarla con un montón de ojos frescos… y repito importantísimo que no te conozcan ni a vos ni a la película, eso es fundamental. Porque llenarla de amigos y del equipo.. a mi a veces me dicen si se la mostré al equipo y ¿eso para que te sirve?

Yo me acuerdo… mi mujer ha trabajado en vestuario, ha diseñado el vestuario de todas mis películas menos el ”Mismo amor…“ y estaba mostrando un escena de Luna de Avellaneda  que a mí me emocionaba profundamente. Es una de las escenas que más me gusta de la película y  ella vino a visitarme a montaje un día y le muestro: “Mirá lo que es esta escena”  y termina y  de nuevo  me emociono, me hace llorar la escena y Ceci me dice: “¿Pero no ves que en esa toma el botón está medio desabrochado?” Me marco una cosa de discontinuidad con el botón. Ella estaba chequeando que el trabajo de ella estaba bien. Todos van hacer así. Si venía el director de fotografía iba a estar mirando la luz de la escena.

¿Tenés corte final?

Sí, totalmente, no lo negocio. Desde “El mismo amor la misma lluvia”, tuve el corte final en todas. En “El niño que gritó puta” no lo tuve, pero hubo nada mas que dos cosas menores con las que yo no estaba de acuerdo  y en “Ni el tiro del final” fue una debacle, todo el proceso de montaje de esa película fue un desastre.

¿Cómo te das cuenta que estás ante el corte final?

Cuando ya está todo lo que te gusta. No te puedo explicar. Yo trabajo en el guión dos años y pico. El proceso de montaje para mí es más sencillo porque el de guión fue muy largo. Conozco muchos casos de colegas realizadores argentinos que empiezan la pre-producción todavía trabajando en el guión. Esto es muy común.  A mi no me pasara nunca. Puede ser que alguna cosa se me ocurra pero no tengo ningún apuro de filmar una película. No necesito filmar todos los años de hecho filmo cada cuatro o cinco. Así que hasta que no tengo el guión y digo quiero ver esta película, listo.

¿Cómo es tu trabajo cuando el montajista no sos vos?

Camilo Antolini  es casi un hijo para mi. Lo conozco desde 11 años antes que comenzara a trabajar conmigo en El mismo amor la misma lluvia. Yo iba a editar esa película, él iba a ser el asistente de edición y mientras yo filmaba le decía: “Haceme el corte grueso” y cuando llegaba el fin de semana yo tenía comentarios muy menores, entonces se mereció el título de Compaginador de la película.  Cuando trabajo con un montajista trato de no decirle nada, nada, de nada de nada. No pongo instrucciones cuando estoy filmando, ni pongo esta es la favorita, ni nada. Porque justamente lo que más me sirve de trabajar con un montajista,  es que yo pueda poner una visión fresca del material. Si yo le digo como tiene que montar, entonces ¿Para qué?

¿Estás de acuerdo con lo que dice Walter Murch de que «el montajista no tiene que ir al rodaje»?

Eso lo dice Murch porque no quiere ir a rodaje. No, para mí estaría bueno que venga al rodaje, que venga más. No es necesario que esté todos los días, pero estaría bueno…  porque un problema en el que se puede caer como montajista es la arrogancia. Reciben el material ahí, cómodo, cafecito en mano, llegan a las 9, se van tempranito, excepto cuando tenés que entregar que te quedas maratones de días, pero bueno, al principio: “Acá falta, me falta un detalle, pero como no hicieron el detalle: ¡Falta el primer plano!, pero ¿dónde esta el primer plano? ¡Yo no quería que estuviera asi, lo necesitaba asi el plano!”. Pero, para, vení con nosotros, a las 5 de la mañana, cuando las lámparas se queman, cuando el actor no responde, cuando la cámara no llega, ¿viste? Los montajistas son los menos proclives a trabajar en equipo, como el guionista. Vas a la fiesta de fin de rodaje y el montajista no sabe que esta haciendo ahí, no conoce a nadie, se embola. Nadie lo conoce.

Habría que inventar un refrán: “Más perdido que montajista en fiesta de fin de rodaje.”

¿Cómo llegás a la decisión de montar El Secreto de tus Ojos?

Se juntaron dos cosas: una que Camilo estaba dirigiendo y es mi socio en “100 Bares”. Y no iba a tener tiempo para dedicarle todos los meses que se necesitaba para dedicarle a la película. Eso fue lo principal. Entonces, empezamos a buscar por cuestiones de co-producción, montajistas españoles o europeos. Y la verdad que en un momento dije: yo soy español, soy ciudadano español, la voy a montar yo. No tengo ganas de empezar relaciones nuevas tan importantes en mi vida en este momento.

¿Es una relación importante?

Es fundamental. Yo te diría… montajista y actores son las relaciones mas importantes que tiene que tener el director.

Fin de la primera parte. En la próxima entrega, más definiciones sobre el oficio del editor y todo sobre el trabajo en animación 3D y las complicaciones técnicas para realizar METEGOL.