Se viene el estreno de RE LOCA,  película que tiene a Natalia Oreiro como protagonista, y está dirigida por Martino Zaidelis. Socio, director y editor de 100 Bares, aprendió del arte de la edición junto a Juan José Campanella.

La película que estrena este Jueves 5 de Julio, está co-editada con la socia Cristina Carrasco (EDA). Juntos nos cuentan, en esta entrevista, sobre el proceso de montaje. 

Acerca de los desafíos…

Cristina Carrasco: Creo que el desafío principal en Re loca fue el humor y el tono. La comedia es un género muy difícil y para mí como editora era completamente nuevo. Con Martino desde el inicio, en las primeras lecturas del guión y durante el proceso de montaje, la principal conversación giraba en torno al tono. Él quería lograr una película cómica pero que pudiese conducir al espectador por todas las sensaciones que el personaje principal vivía, esto incluía sus dramas y los momentos sensibles. Para él tenía que ser una comedia apegada a todo lo que vive Pilar (Natalia Oreiro) desde el lugar más natural posible, sin que fuese caricaturesco. La música para este asunto era importante y fue una búsqueda ardua y compleja. Al final siento que el tono fue bien logrado, sobre todo desde la realización y la dirección de actores y luego en el trabajo de montaje.

Martino Zaidelis: Mi objetivo en la edición junto a Cristina fue como dice ella, encontrar el tono de la comedia que muy conscientemente trabajamos en la filmación con los actores. Como director no quería pasarme de la línea en el tono de comedia en cuanto a que las situaciones debían ser graciosas por lo que sucedía en las escenas y no porque los actores se estuvieran haciendo los “graciosos”. Creo yo que es una cuestión de gustos, no es que una cosa esté bien y la otra esté mal. Ya desde la escritura del guión editaba la película tratando desde esa instancia encontrar el mayor ritmo posible. Y era ese uno de los comentarios de la gente que lo leía: “tiene muy bien ritmo…”. Creo que la película ya editada fluye al ritmo que imaginamos y ese también era uno de los principales objetivos.

 

¿Qué particularidades encontraste con esta película?

Cristina Carrasco: Por primera vez trabajaba una película dentro de una estructura técnica cuidada y dispuesta para que únicamente nos concentráramos en el corte. En este caso trabajamos en las instalaciones de Non Stop con un equipo muy dispuesto a ayudarnos: Pablo Margiotta y Pablo Zito como coordinadores y Mauro Fernández en la asistencia. Era mi primera vez trabajando con Premiere en un largometraje y poder estar enfocados sólo en el armado fue absolutamente positivo.

Martino Zaidelis: Este es el primer largometraje que edito. Edité ficciones para televisión como Vientos de Agua y El hombre de tu vida. Editar lo que dirigís está buenísimo y además me entusiasma mucho, pero fue importante compartir el trabajo de edición con Cristina porque muchas veces ella tenía diferentes interpretaciones o miradas de cómo editar el material para obtener un mejor resultado que yo no había imaginado.

 

¿Qué características tiene el material de Re Loca?

Cristina Carrasco: Las características del material, desde la cantidad, diría que tenía una medida super justa y buena. Martino estaba muy claro sobre el tono con los actores así que no había una cantidad de tomas exageradas. Sinceramente teníamos el material justo para trabajar, había un grupo de posibilidades determinado para cada escena y para poder sacar lo mejor de ellas. Eso y la precisión en el trabajo de montaje de Martino, hizo que pudiésemos tener un armado bueno muy pronto. También la fotografía de Lucio Bonelli, hermosa e increíblemente cuidada, hacía que fuese placentero editar con sus materiales, todo se veía muy lindo.

¿Cómo  fue el trabajo de co-edición? Y en caso de Martino, ¿Cómo el es editar y dirigir?

Cristina Carrasco:  He trabajado con Martino en oportunidades anteriores bajo un mismo esquema: yo empiezo a editar sola, genero versiones, armados, y luego él los cierra y les da su trazo. Esta vez fue ligeramente distinto: primero porque de todas las escenas hubo un par que Martino ya había editado durante el rodaje, entonces esos armados los trajimos a la isla y simplemente los pulimos juntos. Segundo porque, si bien estuve sola durante seis semanas, luego cuando él se incorporó decidimos continuar juntos en la isla, generalmente yo sentada y él al lado, otras veces él sentado y yo detrás, pero en todos los casos proponiendo juntos las opciones y con la precisión en el corte que quería Martino. Fue bastante enriquecedor esas últimas cuatro semanas juntos, pues yo aprendí mucho de su mirada como editor y agradecí bastante su precisión, porque eso hizo que en tan sólo cuatro semanas tuviésemos el armado final de la película. Creo que esa es la parte buena de trabajar con directores editores, que cuando llegan a la isla tienen muy definida su búsqueda y la forma en la que quieren cortar, logrando más rápido armados definitivos.

Martino Zaidelis: Fue un trabajo en conjunto con Cristina. Es muy importante estar en sintonía pero no sólo por saber en dónde cortar, sino en algo fundamental que es elegir las tomas con la actuación más cercana al tono buscado. Para mí la actuación manda. Si el foco está blando por momentos y la actuación está bien, dejamos esa toma bien actuada. Y con Cristina fuimos encontrando esa sintonía en la medida que avanzaba el trabajo. No es fácil ser director y editor y a la vez compartir el trabajo con otro editor, pero a la vez lo considero fundamental por lo enriquecedor. Mi ansiedad durante la filmación hacía que al terminar las jornadas, me llevara el disco del video assist y editara algunas escenas en mi casa. El tema era que no tenían timecode, entonces después había que reconstruirlas a mano en la isla. Editar esas escenas en mi casa me aportaba tranquilidad al ver pegado lo que estábamos haciendo. También me servía para mostrarle a los actores y entendieran el camino que estábamos transitando. Ser editor y director tienen estas cosas, al menos conmigo. Hasta incluso a veces editaba con el teléfono y el Imovie en filmación, filmando el monitor de video assist para chequear que funcionase algún corte en particular. Son herramientas muy útiles para establecer si algo estaba funcionando bien o no.

¿Quién los ayudó con la asistencia?

Cristina Carrasco: Trabajamos con la asistencia de Mauro Fernández. Como editamos a la par del rodaje, teníamos los materiales ya procesados, sincronizados y nomenclados en la isla por Mauro, con sólo dos días de atraso respecto al rodaje. Luego cualquier export durante las semanas de montaje o con los exports para sonido, color y VFX, tuvimos el apoyo de Mauro y Pablo Zito.

¿Y con el sonido?

Cristina Carrasco: Desde el rodaje estuvimos en varios momentos conversando con Fernando Soldevilla sobre tanto cuestiones técnicas como estéticas. Fernando siempre estuvo muy dispuesto a ayudarnos en cualquier necesidad que tuviésemos en la isla, desde efectos hasta aclaraciones sobre los materiales de sonido. Luego en los exports para la post de sonido yo no pude estar presente, pero entiendo que todo fluyó con mucha naturalidad y creo que Martino y Fernando se entendieron muy bien desde el inicio.

Martino Zaidelis: El trabajo con Fernando fue muy interesante. En cada instancia de la película hay que entender que todo va a cambiar. O sea, ves la película durante unos meses en offline y se ve una forma. Vas a color y cambia por completo. Es una obviedad, pero no me fue tan sencillo acostumbrarme. Lo mismo con el sonido, porque en el offline te acostumbras a escuchar de una forma y después que se limpia el sonido y se hacen las bandas, todo cambia también, para mejor. A veces hay ciertos diálogos que los elegimos en edición y en sonido hubo que cambiarlos porque tenían algún defecto técnico. Ahí también surgía la “pelea” sobre qué dejar, si el wild track o la toma de sonido elegida pero con problemas técnicos o incluso un reemplazo sacado de otra toma que no quedó. Y las decisiones de mi parte siempre priorizaban la que estaba mejor actuada. También había escenas a las que estaba muy acostumbrado a escuchar pero debía aceptar que no estaban bien técnicamente como para dejarlas pasar, entonces ahí veíamos otras opciones. Es muy interesante todo lo que surge cuando empieza la post de sonido porque hay muchísimas nuevas decisiones que tomar porque la edición es un proceso divertidisimo, pero la post de sonido puede serlo más aún. Hay todo un mundo por inventar con el sonido.

 

¿Cómo fue el workflow de Re Loca?

Cristina Carrasco: Trabajamos en Premiere CC 2018. Mauro recibía los materiales del rodaje, los trascodificaba en DaVinci y luego hacía el sincro y el orden de los materiales en un proyecto por día de rodaje, muy atento a las necesidades en el orden y nomenclatura que yo le pedía. Cuando yo llegaba a las mañanas importaba, a través del Media Browser del Premiere, esos proyectos de cada jornada a mi proyecto global. Un proceso que debo decir que a veces funcionaba perfectamente y otras veces no, pero siempre lo hacíamos funcionar. Una vez importados todos los materiales me dedicaba a darles una organizada más si yo lo necesitaba y luego arrancaba a editar.

Creo que el mayor desafío que tuve con el Premiere fue aprender su lógica con los materiales, ese “compartir entre proyectos”, y poder trabajar fluidamente cuando ya teníamos armados grandes y con muchos tracks de sonido. Por momentos sentíamos que no era muy estable, pero definitivamente pudimos encontrarle la vuelta y al final tuve una experiencia satisfactoria con el software.

Martino Zaidelis: Es la primera vez que uso Premiere. Y más o menos me aprendí las cosas básicas. Lo sentía bastante parecido al Final Cut 7 que es el que manejo mejor por costumbre. Para editar al fin y al cabo no hacen falta tantas herramientas, y para el caso que no las conociera, ahí estaba Cristina que se sabía todas.