PARTE 2: ¡EL CORTE FINAL!

Meses después de entrevistar a Francisco Pancho Freixá en medio del montaje de VINO PARA ROBAR desde Mendoza, volvemos a hablar con él con el corte de la película ya terminado y fecha de estreno para el 1ero de Agosto. Menos cansado, Pancho nos termina de contar como se edita una película de alto presupuesto en la Argentina del 2013, y agradece el gran trabajo de sus asistente JOEL NAVAS en Mendoza y MARIANA DURAN en Buenos Aires.

¿Cómo llegaste al primer armado de la película?

El primer armado de la película lo tuve dos días después de recibir el material del último día de rodaje. Era un armado de guión… Cuando hablo de armado de guión me refiero a un armado muy fiel al guión, donde estaban todas las acciones, diálogos y escenas que se habían escrito, en el orden en que estaban en el guión. En el primer armado yo tiendo a dejar más de lo necesario en cada escena, ya sea porque lo creo necesario para presentar características de los personajes o las relaciones entre ellos o porque me gusta mucho un plano y lo dejo largo. Luego, al verlo de corrido empiezo a ver las cosas que no funcionaban, que eran redundantes, que no sumaban o que estaban fuera de ritmo. El primer armado de «Vino para robar» duraba 119 minutos. El corte final de la película terminó durando 97 minutos.

A medida que se fue filmando la película se fue armando. En mi proyecto de FCP yo tenía una secuencia que se llamaba «DIARIO» donde editaba el material que iba llegando a diario. Luego de tener un primer corte de esas escenas las borraba de la secuencia «DIARIO» y las insertaba en otra secuencia que se llamaba «ARMADO» donde de a poco se iba armando la totalidad de la película. Desde que comenzó el rodaje estuvo establecido que se entregaba el corte final terminada la semana trece. Fueron casi siete semanas de rodaje y luego seis más para terminar el corte. Entregué el corte final el día que indicaba el crónograma.

¿Cómo se llegó a ese armado con el director?

A Ariel Winograd, el director, le fui mandando los armados diarios desde el día 1 de rodaje y él desde ese momento me fue mandando sus notas. Luego de haber terminado de rodar y tener el primer armado se sentó en la isla a editar. Así empezamos a darle otra pasada a la película. La dinámica de edición en esta instancia cambia porque hay dos cabezas pensando. Esto por un lado es obviamente positivo ya que dos cabezas piensan más que una pero es más lento porque se genera una dinámica de diálogo entre director y montajista. Antes el diálogo era entre dos actores: montajista y material… en esta instancia aparece un nuevo actor, una nueva fuerza, el director.

¿Sentís presiones propias o ajenas al editar, afectan el resultado?

Creo que es fundamental estar bien animicamente para editar, estar en armonía, para contagiar esa armonía al trabajo y que se vea reflejada en el producto final (¡Me gusta creerme esto!). Para mantener mi energía arriba me hace muy bien hablar con mi asistente de montaje. Muchas veces hablo de lo que edito mientras edito si está mi asistente presente. Hago catarsis de esa manera, además es otra mirada que me ayuda también a tomar distancia de la película y a ponerme más objetivo.

En VINO PARA ROBAR usaron algo que no es muy común para nosotros los editores pero sí una constante en el gran cine comercial del mundo: SCREENINGS PREVIOS de la película con fichas de puntaje y comentarios. ¿Cómo fue esa experiencia?

Trabajamos con Wino, sobre el corte, aplicando algunas de las notas de los productores y si mal no recuerdo esa versión fue al primer «testeo».

Se hicieron dos proyecciones de prueba de alrededor de 80 personas cada una. Preferentemente personas que no trabajan en el ambiente ni estudian cine. Se apunta a un público que represente al espectador común y que no conozca a ninguno de los que trabajan en la película. Todo esto es para lograr la mayor objetividad posible. Se reparten planillas que se llenan de forma anónima. Estas planillas tienen preguntas, casi todas de múltiple choice, algunas específicas sobre inquietudes nuestras sobre la película en particular.

Por ejemplo: «¿Que te parece este personaje?» o «¿Cuál es tu escena favorita?» o «Qué escena no te gustó?»  y otras más genéricas como por ejemplo: «¿Cómo calificarías la película?» dando 5 opciones que varían de «excelente» a «mala». Luego se hace una estadística con las respuestas y cuando hay una tendencia hacia algo se tiene en cuenta a la hora de seguir trabajando. Es una mirada fresca que ayuda en ese momento del montaje en que estamos demasiado inmersos en la película y perdemos parte de nuestra objetividad. Nunca aparece nada nuevo en estas tendencias y estadísticas; simplemente esclarecen dudas que teníamos o resuelven internas de montaje que hay entre director, productores y editor.

Ver la película con público nos fue muy nutritivo porque tomamos distancia, se siente la energía de la sala, la reacción de la gente, las risas (¡O las no risas cuando pensamos que se iban a reír!). Al fin y al cabo creo que eso vale más que cualquier cuestionario.

Luego el trabajo fue más en conjunto: Director, productores y yo en la isla tomando y ejecutando las decisiones finales. A veces nos costó más ponernos todos de acuerdo con algunas cosas pero bueno… dejando descansar las escenas, viéndolas al otro día, viéndolas con otra gente, fuimos llegando a lo que mejor funcionaba de acuerdo a la historia que se estaba contando en el tono en que se la estaba contando.

¿Cómo fue terminar, “despedirte” de la película?

Me costó entregar la película porque siento siempre que se pueden seguir ajustando cosas. Sobre todo con estas características de producción en que, por los tiempos, no hay mucho margen para descansar, tomar distancias, volver a mirar… pero sabía que esto sería así, en trece semanas… entonces me hice a la idea y llegado el día estaba «preparado» para entregar la película y hacerle el duelo.

Fueron trece semanas de mucho trabajo, de estar muy metido en la película. Por un lado me fue muy grato terminar y descansar un poco. Por otro lado es muy violento el cambio de ritmo, la baja de intensidad en el laburo.

Creo que la película está muy bien en todas sus áreas. Me pone muy contento y me da mucho orgullo haber formado parte de este equipo. Además me reafirma en mi idea de seguir trabajando en ficción lo más posible.

«VINO PARA ROBAR» SE ESTRENA EN CINES DE LA ARGENTINA EL 01 DE AGOSTO.

Francisco “Pancho” Freixá es socio fundador de EDA.

 

DEJAMOS PARA ANALIZAR LAS PLANILLAS STANDARD PARA AUDIENCIAS DE TESTEO:

 Cuestionario testeos